ZOUK MAGAZINE (Versión en Español) NÚMERO 6 | Page 11
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porque el negocio está ahí, pero sin alma”.
Pero no tomen a Alberto por un nostálgico
del todo tiempo pasado fue mejor. Lo
sabe él y lo sabemos todos, el valor no es
la tradición o la historia de un local en sí
misma, el valor es que se hagan las cosas
bien hechas. No siempre es así y por eso a
muchos locales no los recuerda nadie.
Otra de sus memorables actuaciones de
activismo pro-bodegas es la organización
anual de una megagincana entre diferentes
bares de diversos barrios de Barcelona con
alguna temática como excusa. La última
edición, de la que pueden encontrar crónica en la web por servidor de ustedes, se llamó Star Bars y congregó a no menos de 130
personas viajando en transporte público
por toda la ciudad compitiendo por grupos
para superar pruebas y acabar finalmente
en una memorable tarde de sábado en una
bodega de Horta, bien alejados de la zona
guiricero. Este evento le llevó a aparecer
incluso en la emisora más escuchada de Catalunya, RAC1, cuando otro de los organizadores del evento, Josep Lluís Cots explicó
los motivos del porqué de gigantesca acción
reivindicativa. No sólo lo pueden encontrar
participando en programas de radio divulgando la Palabra del Vermut sino también
citado en otros grandes medios como puede ser la web de El Comidista de Mikel Iturriaga, en la que se fían y lo fían todo a él,
cuando de propuestas de bares se trata. Es
“LOS BARES SON LAS REDES
SOCIALES DE LA GENTE QUE NO
TIENE REDES SOCIALES, TAL VEZ
NI INCLUSO UN TELÉFONO MÓVIL”
un personaje mediático hecho a sí mismo a
base de buenos tragos y buen capipota.
Llega un momento cuando Alberto habla de tantos y tantos bares que le pregunto de dónde sale esta afición a la taberna.
La respuesta no deja de ser curiosa y algo
sorprendente, acorde con el personaje. “Mi
pasión por los bares viene por dos vías diferentes y complementarias. La primera,
la familiar, por mi padre. En casa se comía
bien, pero no éramos una familia gourmet
ni mucho menos. Pero eso sí, mi padre era
capaz de viajar tres horas por caminos de
tierra a 45 grados de temperatura hasta llegar al restaurante X donde le habían dicho
que se comía la mejor carne a la brasa de la
zona. No le importaba y así hacía. Gracias a
él conozco tantos y tantos sitios donde ir a
comer un producto específico. Por otra parte, la segunda vía algo más canalla. Como
“MI PADRE ERA CAPAZ DE VIAJAR
TRES HORAS POR CAMINOS DE
TIERRA A 45 GRADOS HASTA
LLEGAR AL RESTAURANTE X”
comenté antes, jugaba a waterpolo y al ser
un deporte intenso, de lucha y de mucho
esfuerzo, acabábamos los partidos muertos de hambre. Y allí estaba Paco, el padre
de mi mejor amigo, que sigue siéndolo hoy
día y que es uno de esos chefs de la escuela Bulli que triunfa en un sitio como Jakarta actualmente, que nos llevaba un poco a
escondidas a garitos donde ponernos finos
a comer tras el partido. Y a beber alguna
cerveza sólo si prometíamos no decírselo
a nuestros padres. Nos decía “vamos a tal
sitio que hacen un morro frito como nunca
vais a encontrar” y allí que íbamos. Como
norma, excursiones tras el deporte, a conocer infinidad de locales de la mano de un
personaje de tal calibre y que hoy día es parroquiano de la Montferry”. La familia y los
amigos, cómo sino. “Cuando ya empezamos
a ser mayores y algunos como Jordi, el cocinero, ganaban algunos duros, nos íbamos
a hacer esas rutas de bares que hoy día sigo
haciendo”. Tradiciones a respetar. Juventud
sana.
La Montferry, la Bodega Montferry. “Increíble lo que se ha conseguido allí”. La hija
pródiga de uno de esos proyectos vitales de
Alberto, la gestión de una bodega de toda la
vida para mantener ese patrimonio del que
hablábamos antes. No es idea suya convertirse en el Grupo Tragaluz de las bodegas
de barrio de Barcelona, pero la Montferry
puso los cimientos hacia una aventura a lo
semidesconocido. “Quise ayudar a
Marc (cuñado de su mejor amigo y buen