ZOUK MAGAZINE (Versión en Español) NÚMERO 4 | Page 54
OPINIÓN GASTROSEXOLOGÍA
Un poco de picante
MÓNICA NOVAS
“Yo soy como el chile verde..., picante pero sabroso”
A
La llorona, Son itsmeño, México
roma de curry, okra, chile habanero, pimienta negra, chile en nogada, pimiento de Herbón, serrano, jalapeño, mojo
picón... viajamos por las cocinas de todos los continentes y
siempre encontramos el picante como ingrediente. El picante evoca en nosotros recuerdos de los efectos que nos produce el aroma, la quemazón, el cosquilleo final de estos ingredientes digamos... calientes.
Pero has pensado el porqué de volver a tomar un bocado picante después de
haber pasado un ligero dolor. ¿Por qué poco a poco nos vamos acostumbrando al
picante y necesitamos más para que nos haga el mismo efecto? ¿Cuales son los
efectos secundarios del picante? ¿Pensamos en prolongar dichos efectos placenteros después de comer?
Ven, te invito a entrar en una cocina del país que tú desees, entra... ahora huele a hojas de curry en aceite de coco, o a chiles en nogada, pimientos de Herbón.
Ese aroma sube y te rodea, ahora nos acercamos más a la olla de donde se desprende un aroma que te envuelve y entra en tu nariz ese picor característico. Entonces piensas, ¿picará poco? ¿lo suficiente? ¿demasiado?. Cada uno de nosotros
tiene un nivel de picante que le resultará más o menos placentero. Aunque verdaderamente existe una escala de capsaicina , la escala Scoville. Cada persona
reaccionará de diferente manera ante ese nivel de picante.
El picante estimula en nuestra lengua los receptores del calor, por lo tanto no
nos estamos quemando la lengua sino que estamos siendo hiperestimulados en
esos receptores y el cerebro reacciona para compensar ese dolor segregando endorfinas y serotonina, componentes químicos de placer. Lo que ocurre es que
nuestro cerebro se habitúa a ese nivel de picante y necesitamos más para conseguir que se sigan liberando esas endorfinas.
Ahora ya estamos sentados, comiendo nuestro aromático plato, una primera