ZOUK MAGAZINE (Versión en Español) NÚMERO 4 | Page 24

Reflexiones después de la tormenta JORGE GUITIÁN S é que tras leer mi texto sobre el aceite gallego puede dar la sensación de que estoy embarcado en alguna cruzada personal contra el sector, pero nada más alejado de la realidad. Soy un defensor de la cultura del aceite, venga este de donde venga, y a pesar de que por lo general soy poco dado a territorialismos sentimentales, a valorar más un producto por el simple motivo de que haya sido elaborado más cerca de mi casa, querría poder tener la seguridad de que hay en el mercado un aceite gallego –o mejor aún cinco- que son 100% gallegos, que me ofrecen toda la información, que no se sienten agredidos cuando pregunto con la intención de formarme una opinión como consumidor y que, además, ponen a la venta un gran producto. Por eso valoro tanto el esfuerzo de productores como José Galán y como Abril por ofrecer transparencia. Y por eso me cuesta tanto entender la dificultad para acceder a los datos en otros casos. Retomando la frase del agente Mulder, yo también quiero creer. Pero para creer necesito ver, aunque solamente sea un poco. Dadme algo en lo que depositar mi fe. Mientras tanto, lo que tengo es una información parcial y confusa en buena parte de los casos, una lluvia de nombres de variedades que suenan realmente bien pero que luego cuesta encajar en el mapa, cifras contradictorias o que en el más optimista de los casos hablarían de las zonas más productivas del AOVE mundial, productores que se sienten atacados si preguntas, registros sanitarios que llaman la atención, estadísticas que no concuerdan. Y, eso sí, mucho énfasis en venderme que es local, que es nuestro, que es tradicional, que es de siempre. Otro día hablamos de todo lo que he oído aquí arriba sobre lo mal que lo están haciendo los productores andaluces, manchegos o extremeños y lo bien que se