ZOUK MAGAZINE (Versión en Español) NÚMERO 4 | Page 163

163 Rose, historiador de la gastronomía holandesa. “Con más comida disponible, el consumo holandés aumentó y el patrón de alimentación común creció de dos a cuatro veces al día. El desayuno consistía en pan con mantequilla o queso, mientras que la comida del mediodía era un guiso de carne y verduras o pescado, con frutas, verduras cocidas, torta o tarta de miel o pastel elevado. La comida de la tarde era a base de pan con mantequilla o queso. Justo antes de la hora de acostarse, se servían las sobras de la comida del mediodía, pan con mantequilla o queso, o gachas”1. Así lo testimonia también la variedad y número de recetas incluidas en el libro de cocina holandesa por excelencia del siglo XVII De Verstandige Kock (1683)2 donde se recogen antiguas recetas así como las costumbres gastronómicas coloniales. Sin embargo, del conjunto de los ingredientes y tradiciones de los territorios coloniales incorporados en las viejas recetas holandesas hemos de destacar una influencia clara y es sin duda la gastronomía oriental, sobre todo la del Sudeste Asiático, y más concretamente la indonesia. Una orgía de clavo, nuez moscada, pimienta y frutas exóticas que cambiaron el rumbo de la historia de la cocina neerlandesa y modificaron para siempre el paladar autóctono. Y no solo ampliaron la despensa y modificaron sus hábitos culinarios, sino que nació un nuevo escenario gastronómico, una combinación de ambas culturas que hoy conocemos bajo el nombre de comida holandesa-indonesia (dutch-indonesian) o cocina indo y que conforman una de las cocinas de fusión más antiguas y una vertiente muy interesante de la actual gastronomía de los Países Bajos. Pero tampoco podemos olvidar que en paralelo, además de nutrirse de sus colonias, Holanda dejó en los territorios conquistados una huella que hoy perdura y sin la que tampoco podríamos entender evoluciones de gastronomías como la de laIndonesia actual, donde hoy encontramos con facilidad productos como chocolate o galletas