ZOUK MAGAZINE (Versión en Español) NÚMERO 3 | Page 53
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ta, en unos medios más que en otros, claro está. Como el periodismo tiene un
precio (y la publicidad también), y no siempre hay dinero, lo que triunfa es el
modelo mercadillo: te puede salir muy bien o te puedes quedar sin nada, pero la
inversión habrá sido escasa. El modus operandi es parecido al de los fondos de
alto riesgo…
Algunos medios replican esas notas de prensa y
otros disimulan con un texto resultón detrás del
cual siempre hay lo mismo. Basta con echar un
vistazo a lo que aparece publicado y luego hacer el
recuento de coincidencias. ¿Por qué hablamos todos de los mismo? Porque es lo más fácil y lo más
barato. ¿Qué valor tiene eso entonces?
La verdadera crítica de hoy en día (o buena parte de ella, al menos) está entre los comentarios de
redes sociales y las páginas de internet. Allí hay de
todo: improperios anónimos injustificados, seguro,
pero también comentarios valiosos y sinceros, escritos por gente culta, viajada y que libre de hipotecas. Clientes que han pagado por sus platos y que
no van a tener que saludar al chef en un congreso
ni, por supuesto, invitarle a venir al que ellos mismos organizan.
Supongo que por eso ha calado tanto lo que hace
Alberto Chicote en Pesadilla en la cocina. Porque
transmite honestidad. Porque dice cosas que todos podemos entender y porque lo hace de forma directa. Deforma la realidad, probablemente, pero también
muestra lugares ignorados por la crítica (que sabe muchísimo de lo suyo, eso no
lo niego) y lo hace usando un lenguaje muy contemporáneo.
En la presentación de una app de recetas a la que acudí por invitación de una
amiga, me pidieron que probara uno de los platos y, al preguntarme cómo estaba,
respondí que “muy rico”. Pero al maestro de ceremonias no le gustó mi respuesta. Esperaba algo de literatura de anuncio de champú, creo. En Twitter, donde
todo es efímero (y necesariamente breve), sí expresamos opiniones de forma
visceral. Pero su audiencia, que también es visceral, no perdona los excesos de
crueldad. Supongo que, como sucede con el machismo, la corrección política ya
es estructural, en nuestra sociedad.
La crítica ha perdido terreno y, desde mi punto de vista, se lo ha ganando a pulso. Pero ¿debemos cederle la exclusiva a Chicote y a los usuarios de TripAdvisor?
Yo creo que no.