ZOUK MAGAZINE (Versión en Español) NÚMERO 2 | Page 78

OPINIÓN EDITORIAL La cuestión vuelve a salir de vez en cuando E stán los cocineros que hablan con respeto de la cocina de su madre. Todos tienen una madre o una abuela que les enseñó, pero quienes tienen la estrella son ellos. Están las cocineras que sostienen que la situación está normalizada. Si por normalizada entendemos que refleja la situación de la sociedad, es posible que tengan razón.Están las listas dedicadas exclusivamente a ellas – y cocineras que se niegan a ser medidas con una vara diferente. Incluso hay quien sostiene que haya una diferencia de sensibilidad entre la cocina de una mujer y la de un hombre. No queremos dar un mensaje tranquilizador. Es verdad que las cosas están mejor para una mujer en el mundo de la gastronomía, pero aún queda mucho camino por recorrer. No queremos tampoco dar un mensaje alarmista. Ser negativos, en estos temas, ni ayuda ni aporta. La cuestión, sin embargo, sigue allí: dónde están las mujeres en la gastronomía? Cotejando algo más el radio de acción, ¿cuántas están al frente de restaurantes con estrella Michelin? ¿Cuáles son las razones por ello? Mirando las aulas de las escuelas de cocina, no parece haber problemas en la cantera, hay chicos y chicas en proporción parecida a la que puede haber en aulas de instituto. Mirando las brigadas de cocina, la proporción cambia algo. En un estudio para nada científico basado en los selfies de algunos chefs estrellados españoles, vemos un 20-25% de mujeres, con rarísimas excepciones. Mirando la lista de restaurantes con estrellas, Antonio Cancela (cancela.org) ya ha hecho el análisis por nosotros: de 159 locales, sólo 18 tienen una mujer al frente, y en 4 casos (Elena Arzak, Bea Sotelo, Yolanda León y Carito Lourenço) están al 50% con un cocinero. En el recuento más optimista, un 11,3%. Entonces ¿qué pasa? ¿Son las cocinas lugares inhóspitos y misóginos? No lo creemos. Las cocinas, por lo que oyes contar a quienes trabajan en ellas, han cambiado bastante en los últimos 50 años, y se escucha más hablar de equipo y de respeto. ¿Las mujeres no quieren o no saben llevar un restaurante? No hay nada que nos pueda hacer pensar esto.