ZOUK MAGAZINE (Versión en Español) NÚMERO 2 | Page 159
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JORDI CASES SOSPEDRA
E
n España se tiene la idea de que la comida mejicana es sólo picante y TexMex, sabores agresivos capaces de
adormecer el paladar de un mamut, maridado con cerveza comercial y tequila de ultratumba. Hace unos meses, una luz de
esperanza se arrojaba en el panorama gastronómico de Madrid: Oyamel. Recuerden este nombre porque ya está dando mucho que
hablar, pues se trata de un restaurante de comida auténtica y tradicional mexicana, dónde los amantes del picante deberán pedirlo
aparte.
Con el gazpacho del día a modo de aperitivo
de bienvenida empezó mi festín. El guacamole (¡elaborado a mano!) con mango fresco y
nachos artesanos marcaron la diferencia desde el minuto uno para dar paso al tartar de
atún con una base de tomate, cebolla y decorado con una flor de aguacate con rábanos.
El ceviche es una de los platos más emblemáticos de Oyamel. Tuve la suerte de probar
el de salmón y vieiras frescas hecho al estilo
del Pacífico mexicano con jengibre, manzana
verde y mango, marinado en lima, limón y
naranja. Los postres no sólo están a la altura,
sino que son de escándalo, sobre todo la tarta
de zanahoria o la mousse de guayaba. Recomiendo acompañarlos con un tequila ahumado que el encargado, Alejandro, tiene guardado para ocasiones especiales. Eso si, jamás de
un trago, pues hay que saborearlo bien.