ZOUK MAGAZINE (Versión en Español) NÚMERO 2 | Page 130

Todos tenemos en la cabeza la figura de un orondo Homer Simpson cocinando en su barbacoa, en el jardín de su casa o intentando construir una. Y es que hay un episodio de Los Simpson’s para casi todo en esta vida. Aunque todo el mundo las relacione con Estados Unidos, donde en los estados sureños la barbecue es religión, la verdad es que hay barbacoas por todo el mundo: char siu y hibachi en China, yakitori en Japón, mangal en Turquía y khorovats en Armenia son solo unos pocos ejemplos de como llaman a la barbacoa por distintas latitudes de este ancho mundo. Aquí tampoco nos qu edamos atrás y nos gusta cocinar, al calor de las brasas, buenas parrilladas de carne y pescado, espetos y arroces. Este típico método de cocina americano adoptó su forma moderna hace aproximadamente un siglo y está estrechamente vinculada al recuerdo de la conquista del Oeste. Según cuenta Harold McGee, en su monumental La cocina y los alimentos (pá- gina 168), cocinar en la barbacoa “consiste en calentar la carne lentamente a baja temperatura, en una cámara cerrada, por medio del aire caliente producido por rescoldos de carbón vegetal. Es una variante al aire libre del asado lento al horno, y la carne queda ahumada y tan tierna que se deshace. LA BARBACOA ESTÁ ESTRECHAMENTE RELACIONADA CON EL RECUERDO DE LA CONQUISTA DEL OESTE Los modernos aparatos de barbacoa permiten que el cocinero controle la cantidad de calor producida y facilitan el pringado periódico con una amplia gama de salsas, casi todas con especias y vinagre, para intensificar el sabor, humedecer la superficie de la carne y retardar aún más la cocción. En los mejores aparatos, el carbón vegetal se quema en una segunda cámara conectada, de modo que no hay radiación directa desde las brasas y solo transfiere calor el humo, relativamente frío (alrededor de 90ºC), de manera poco eficaz y por lo tanto suave. Muchas carnes a la barbacoa terminan con un ‘anillo de humo’, una zona de color rosa o rojo permanente bajo la superficie”. La tapa en una barbacoa es importante. Si no hay será una parilla u otra cosa, pero no una barbacoa, pues es la circulación de humo que se produce dentro de la misma es la que hace la magia. Aunque normalmente la reservamos para cocinar carnes, pescados y verduras, en una barbacoa se puede cocinar cualquier cosa, hasta pizzas y pasteles de chocolate, quizás con la excepción de los pescados de carne más fina y delicada. Además, encontramos en el mercado barbacoas con accesorios como termómetros para controlar la temperatura, aros giratorios para rustir y hasta para ahumar alimentos. En fin, que sólo hace