ZOUK MAGAZINE (Versión en Español) NÚMERO 1 | Page 68
DESAYUNO CON QUIM MONZÓ
York hay unos restaurantes magníficos de
una de las variedades de cocina china que
más me gustan, que es la de Sichuan. ¡Esa
sí que pica! Te levantas de la mesa llorando, empapado de sudor, con la cabeza que
te arde y preguntando ‘¿Dónde está el cocinero? ¡Me lo follo! ¡Es brutal”. Queda claro
que le gusta el picante y más cuando afirma que “es una tontería decir que el picante
quita el sabor a las cosas. Cuando entras en
la escuela del picante, cada vez quieres más
y más picante. Es droga dura”.
Y pasamos a sus querencias con la bebida.
Ahora que están tan de moda las cervezas
artesanas, resulta que Quim Monzó fue todo un pionero. “Recuerdo la primera vez
que hice cerveza en casa, en los años 70,
porque un amigo me dio una receta, escrita a mano, de cómo se hacía la cerveza en la
isla de Man. Un día, en casa, preparé unas
botella. Salió bien pero, por falta de tiempo,
nunca más volví a hacer”. Se confiesa enamorado de una cervecera de carpinteros de
l’Hospitalet de Llobregat que se llama Holz,
que en alemán significa madera. Tienen una
gran variedad y en Navidad preparan una
que llamada Fucking Christmas. Pero la que
más le gusta y la que podría estar bebiendo todo el día es la Sex À Pils. Otra cerveza
que le encanta es la Sang de Gossa (Sangre
de Perra) que elabora una cervecera de Molins de Rei y “si ves la etiqueta”, añade con
una media sonrisa, “sabes perfectamente de
dónde es la sangre de la perra. Además tienen una coartada para que ninguna feminista los ataque: la etiqueta la ha diseñado
una chica que estudia en la Universidad de
Montreal”.
No es un loco del vino “ni de su centrifugado, hasta conseguir que el vino salga despedido en una espiral por encima de la copa”. Aunque ahora durante el día solo bebe
agua, proclama su amor por los destilados y
aunque los ha bebido de todo tipo, le gustan
especialmente los whiskies. Lo que sucede
es que con el paso del tiempo y por culpa