ZOUK MAGAZINE (Versión en Español) NÚMERO 1 | Page 37
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no quiere entrar en la IGP? Pues porque según su propietario, Pau Arboix, los estándares de calidas de la IGP son menores que los suyos y permite usar productos, que no aseguran una calidad como la que él ofrece. En el artículo 9 del decreto por el que se crea esta IGP se lee lo siguiente:
Los únicos aditivos permitidos y las dosis máximas autorizadas son:
a) Conservantes
E-250 (nitrito sódico): 150 ppm (1)
E-252 (nitrito potásico): 300 ppm (1)
Fosfatos: los naturales de la carne sin fosfatos añadidos
b) Antioxidantes
E-301 (ascorbato sódico): 500 ppm (1)
(1) EL USO DE NITRATO Y NITRITOS O LA COMBINACIÓN DE AMBOS NUNCA PROPORCIONARÁ AL PRODUCTO ACABADO UNA CANTIDAD RESIDUAL SUPERIOR A 300 PPM
La ley es la ley y está claro que si Arboix no quiere formar parte de la IGP no
puede usar nada que lo relacione ni que sea indirectamente con ella, pero visto lo visto uno entiende que alguien como él no quiera formar parte de la IGP y
sorprende que una IGP, que debería ser escrupulosa con la calidad y con lo que
se usa y no para elaborar lo que bajo ella se empara, permita lo que se permite en
este artículo.
Al final, las DO y las IGP son percibidos como membretes de calidad por los
consumidores y cada vez más, tenemos la sensación de que, muy al contrario,
son asociaciones de productores, cajones de sastre amplios, en los que se trata de
que el mayor número de elaboradores posible se sienta cómodo y pueda formar
parte de él. Que no protegen la calidad ni al consumidor, sino a un interés comercial. Y la crisis como excusa.
Y el que quiere hacer realmente un producto de calidad y que quiere que su
producto se diferencie del resto se queda compuesto, sin novia y multado.