Ciencias Sociales
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responde a una renuncia sobre
sí, sino que más bien implica
el advenimiento de un sí
mismo. Pero este conocimiento
de sí se constituye como un
anexo funcional al poder y no
solo al que es ejercido sobre
sí mismo, sino que a la
gobernabilidad en su sentido
más extendido.
El
autor
en
su
genealogía nos expone como en
el devenir de la moralidad
moderna
ha
imperado
el
imperativo
“conócete
a
ti
mismo” el cual consiste en el
rechazo a lo que es el sujeto
(p.
54).
En
base
a
lo
anterior se puede entender
que el sujeto se pierde en
cuanto que el conocimiento de
sí mismo, la tecnología del
yo insigne de la modernidad,
está
a
servicio
de
las
tecnologías del poder que al
ser totalizantes rechazan al
sujeto.
El
poder
produce
tecnologías
funcionales
en
formas de yoes que a su vez
son racionalidades situadas
que surgen de prácticas y
condiciones
de
producción
materiales del poder. A este
hecho será al cual Foucault
hará referencia al plantear
que el poder no es estático,
sino que fluye a través del
sujeto.
Otra
forma
de
entender
cómo
es
que
el
conocimiento
de
sí
se
constituye
como
fundamento
para el poder totalizante es
desde la inversión jerárquica
de las tecnologías del yo
propuesta
por
el
autor.
Dentro de la genealogía del
yo desarrollada a lo largo
del texto se reconoce un
primer
momento
bajo
el
principio
“cuídate
a
ti
mismo” que luego es superado
por el de “conócete a ti
mismo”. Sobre el primero de
estos
principios
el
autor
dice que “puesto que se trata
de
distintas
formas
de
cuidado,
se
trata
de
distintas
formas
del
yo”
(pág. 53). En este principio
es posible reconocer un poder
que es ejercido por sí para
sí, el yo se constituye en
cuanto es que es actividad y
práctica ejercida sobre sí
mismo. En este caso el poder
que se ejerce como práctica
sí produce sujeto, cuestión
que queda de lado al invertir
la
jerarquía
de
los
principios y quedar con total
predominancia el “conócete a
ti mismo”. Así el sujeto no
queda solo rechazado, como
propone Foucault, sino que
queda
operacionalizado
y
objetivatizado por el poder.
La
forma
en
que
el
conocimiento de sí se ha
constituido como fundamento
del poder, referido a la
dominación no estática que
actúa
sobre
el
sujeto
objetivatizándolo,
queda
mostrado más patentemente en
dos
situaciones
históricas
claves para entender como se
ha constituido la genealogía
del yo e inherente a ello la
del poder; el pastoreado y la
policía del estado moderno.
Ambas
cumplen
con
una
estructura de funcionamiento
similar en las cuales la base
que las figuras de poder,
pastor
y
policía,
lo
controlan todo. La razón de
estado se materializa en la
policía la cual vela por la
felicidad, moral y vida de
los sujetos; es decir vela
sobre
los
sujetos,
los
atraviesa y el conocimiento
de sí mismo es una policía de
sí mismo.
Entendiendo
así
el
conocimiento de sí mismo y
las tecnologías del yo como
fundamento
para
el
poder
individualizador
y
totalizador propio de los