Zasqua Journal no. 4 | Page 20

lado a que otro insecto, teniendo un infortunio al pasar justo por ahí, caiga en la invisible capa. Después, la araña se percata y se come la presa sin ningún problema. Pero, ¿cómo la araña logra saber si ha caído una presa o no?, ¿Acaso tiene un sensor que le avise? Pues sí, en las patas la araña tiene unos pequeños pelos que perciben las vibraciones de manera eficaz y le avisan cuando es tiempo de caza. Estos pelos están presentes en todo el cuerpo de la araña, pero los únicos que pueden percibir vibraciones son los de las patas. Las patas, siendo las que sostienen este aparato esencial para la caza de la araña, son muy importantes para este animal. Un artrópodo parecido a la araña, pero más pe- queño y simple, el opilión, tiene seis pares de apéndices y cuatro pares de patas motoras para su movimiento. Las patas pueden lograr a medir hasta doce centímetros, siendo flexibles y ágiles. A simple vista se podría creer que las patas de este arácnido solo se usarían para el movimien- to, pero estas tienen una característica especial. La excreción (la salida de los residuos metabó- licos) de este animal se logra gracias a que las patas tienen glándulas coxales (glándulas de los vasos de las patas) que llegan hasta el exterior. En resumen, la excreción en el opilión pasa por los vasos de las patas hasta salir. Las patas son de vida o muerte para este insecto, si no las tie- ne ésta se le termina ya que todo su excremen- to queda retenido. Aún así, el opilión practica la autotomía en las patas (o autoamputación) que consiste principalmente en cortar a propósito una parte del cuerpo, con el único motivo de distraer a los depredadores. No escapar de los depredadores también es de vida o muerte, en- tonces el opilión corta su pierna y se despren- 20 / Zasqua Jounal no.4 de de ella, pero como la pata tiene un nervio independiente, entonces se queda moviendo por mucho tiempo, teniendo la ventaja de que vuelve a crecer la pata perdida. El opilión es un ejemplar ejemplar que asombra a la comunidad científica. Por otro lado, el escarabajo coprófago también tiene unas patas especiales. Este insec- to era bastante importante en las comunida- des del Antiguo Egipto, ya que le consideraban un dios creador, que nacía y se autogeneraba dentro de las bolas de excremento que rodaba por el suelo de los faraones y de las pirámides. Ahora se sabe que es un descomponedor que tiene seis patas. Este artrópodo es amigo de la naturaleza, ya que abona la tierra mientras reco- ge excrementos para comer. Esta labor no sería posible sin sus patas, debido a que sus dos pa- tas delanteras están llenas de garras pequeñas y le ayudan a cavar entre las heces, tarea difícil. Las otras patas no son tan elaboradas pero le ayudan a movilizarse de manera efectiva, un en- samble entre diferentes tipos de patas que ha- cen la fórmula para la supervivencia. Las patas, aunque bastante comunes, tienen maravillosas características diferentes en los artrópodos que los hacen especiales y los ayudan a sobrevivir. Los artrópodos, aunque mal vistos y poco queri- dos por los humanos, tienen unas características muy especiales que los ayudan a sobrevivir en los ecosistemas. Estos, han logrado vivir a través de los años gracias a sus cambios y nuevas ca- racterísticas que los hacen diferentes e impor- tantes. Son tan desarrolladas estas característi- cas que pueden llegar a ayudar a los humanos, y ni siquiera lo notamos. El cucarrón coprófago, con sus avanzadas patas delanteras menciona- das anteriormente, borra de los pastizales y de