lado a que otro insecto, teniendo un infortunio
al pasar justo por ahí, caiga en la invisible capa.
Después, la araña se percata y se come la presa
sin ningún problema. Pero, ¿cómo la araña logra
saber si ha caído una presa o no?, ¿Acaso tiene
un sensor que le avise? Pues sí, en las patas la
araña tiene unos pequeños pelos que perciben
las vibraciones de manera eficaz y le avisan
cuando es tiempo de caza. Estos pelos están
presentes en todo el cuerpo de la araña, pero los
únicos que pueden percibir vibraciones son los
de las patas. Las patas, siendo las que sostienen
este aparato esencial para la caza de la araña,
son muy importantes para este animal.
Un artrópodo parecido a la araña, pero más pe-
queño y simple, el opilión, tiene seis pares de
apéndices y cuatro pares de patas motoras para
su movimiento. Las patas pueden lograr a medir
hasta doce centímetros, siendo flexibles y ágiles.
A simple vista se podría creer que las patas de
este arácnido solo se usarían para el movimien-
to, pero estas tienen una característica especial.
La excreción (la salida de los residuos metabó-
licos) de este animal se logra gracias a que las
patas tienen glándulas coxales (glándulas de los
vasos de las patas) que llegan hasta el exterior.
En resumen, la excreción en el opilión pasa por
los vasos de las patas hasta salir. Las patas son
de vida o muerte para este insecto, si no las tie-
ne ésta se le termina ya que todo su excremen-
to queda retenido. Aún así, el opilión practica la
autotomía en las patas (o autoamputación) que
consiste principalmente en cortar a propósito
una parte del cuerpo, con el único motivo de
distraer a los depredadores. No escapar de los
depredadores también es de vida o muerte, en-
tonces el opilión corta su pierna y se despren-
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de de ella, pero como la pata tiene un nervio
independiente, entonces se queda moviendo
por mucho tiempo, teniendo la ventaja de que
vuelve a crecer la pata perdida. El opilión es un
ejemplar ejemplar que asombra a la comunidad
científica. Por otro lado, el escarabajo coprófago
también tiene unas patas especiales. Este insec-
to era bastante importante en las comunida-
des del Antiguo Egipto, ya que le consideraban
un dios creador, que nacía y se autogeneraba
dentro de las bolas de excremento que rodaba
por el suelo de los faraones y de las pirámides.
Ahora se sabe que es un descomponedor que
tiene seis patas. Este artrópodo es amigo de la
naturaleza, ya que abona la tierra mientras reco-
ge excrementos para comer. Esta labor no sería
posible sin sus patas, debido a que sus dos pa-
tas delanteras están llenas de garras pequeñas
y le ayudan a cavar entre las heces, tarea difícil.
Las otras patas no son tan elaboradas pero le
ayudan a movilizarse de manera efectiva, un en-
samble entre diferentes tipos de patas que ha-
cen la fórmula para la supervivencia. Las patas,
aunque bastante comunes, tienen maravillosas
características diferentes en los artrópodos que
los hacen especiales y los ayudan a sobrevivir.
Los artrópodos, aunque mal vistos y poco queri-
dos por los humanos, tienen unas características
muy especiales que los ayudan a sobrevivir en
los ecosistemas. Estos, han logrado vivir a través
de los años gracias a sus cambios y nuevas ca-
racterísticas que los hacen diferentes e impor-
tantes. Son tan desarrolladas estas característi-
cas que pueden llegar a ayudar a los humanos,
y ni siquiera lo notamos. El cucarrón coprófago,
con sus avanzadas patas delanteras menciona-
das anteriormente, borra de los pastizales y de