El humano ser despierta despojado de cadenas, con las que ha padecido en cotidianidad dando paso hacia la autonomía como superhombre.
Al transitar por la vida como Superhombre se corre riesgos, no se debe ser “ni pastor, ni sepulturero”, tampoco, “rebaño”, se construye escaleras del superhombre”, “hacia la meta quiero ir, yo continúo mi marcha; saltaré por encina de los indecisos y de los rezagados. ¡sea mi marcha el ocaso de ellos!” ((Nietzsche, 2004. Pág. 39)
En conclusión, el Autor, comparte la experiencia de vida nítida y autónoma, donde si no insta si invita a las personas, a los individuos, es decir a cada habitante del planeta a crecer por el puente de la vida desde la propia valía, sin evasivas, omitiendo rodeos, alegado de las ambigüedades.
El superhombre quien se realiza desde su propio hacer, es el espíritu en sí, que maneja su destino de forma independiente, sin codependencia de ninguna clase.
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