Valeria Horton Hermida
realidad monótona y nos recuerdan lo efímera que puede ser. El temblor del
19 de septiembre del 2017 es uno de esos eventos que nos hieren pero nos
despiertan de la rutina.
Los hechos impactantes generan una pausa y buscamos regresar de alguna
forma a nuestra vida antes de dicho evento. Un ejemplo es cuando pasa un
accidente o fallece un ser querido e inmediatamente nos viene a la menta
el hecho de que nosotros no estamos exentos de esas tragedias. Ese fugaz
momento en el cual recordamos que tan solo una pequeña causa puede generar
una consecuencia irremediable. Lo más doloroso es cuando estas causas y
consecuencias no son controladas por el hombre como las catástrofes naturales
o enfermedades. Sabemos que nuestra muerte realmente no está en nuestras
manos y pocas veces recordamos la cercanía que tenemos con ella.
La atmósfera que rodeaba a México antes de la 1:15pm y después de esa hora
fue completamente distinta. En tan solo unos segundos la Ciudad de México
se convirtió en un caos. En un instante las personas se encontraron en otra
realidad bastante trágica que nadie hubiera escogido por decisión propia. Y con
un minuto más en el reloj comenzó una bomba contratiempo en la que cada
segundo era crucial para encontrar vida entre los escombros. Miles de casas y
edificios dañados o colapsados, fugas de gas, personas en la calle desesperadas
tratando de comunicarse con sus familiares con celulares sin señal y buscando
transporte para llegar a casa y posiblemente encontrarse con sus pertenencias
tiradas o perdidas entre las paredes caídas. Se necesitaba ayuda, mucha ayuda.
Esa bomba contratiempo detonó otra bomba de solidaridad en la cual toda la
ciudad se detuvo para ayudar.
En nuestra cotidianidad muchas de las acciones se vuelven mecánicas o En un abrir y cerrar de ojos, la Ciudad de México hizo que brotara todo lo que en
simplemente pasan desapercibidas. En cierto nivel, este desinterés no es algún momento pensé que ya habíamos enterrado y jamás vería en mi ciudad.
completamente erróneo. Es imposible pensar sobre el valor de la vida en cada Por más cursi que pueda parecer, el amor ganó por primera vez en la ciudad
milésima de segundo. Sin embargo, por estar cegados en una cotidianidad número uno en violencia hacia las mujeres y la ciudad que encabeza listas de
creada a partir de nuestras acciones repetitivas y comunes, olvidamos la homicidios y asaltos. Todos dejaron de ser solo ciudadanos y lo sustituyeron
4 5
Fragilidad
fragilidad