Este buñuelo cubierto de azúcar no es la
rumbo fijo. Ahora me encuentro totalmente sola. Al descender por los es-
excepción. Aquel sabor; la perfecta com-
binación entre dulce y salado, acaricia melancolía.
mis papilas gustativas. Definitivamente, Con la estación a mis espaldas, doy vuelta en la misma esquina por la cual
el pan dulce de aquí no se compara con anduve hace unas cuantas horas, e incluso la mujer de aspecto taciturno
nada de “allá afuera”. que antes estaba sentada en la banqueta junto a su hija se ha ido. Nada, ab-
Poco después de las 5:00pm, la ola de solutamente nada me es similar, solo el camino. La única constante soy yo.
personas comienza a disminuir consi- Todo momento es único e irrepetible. Cada segundo que pasa forja una ex-
derablemente. Al parecer, el caminar de
la colectividad se transforma en cuanto
se aminora la cantidad de individuos y el
ritmo cambia totalmente. Ahora, aquella
sinfonía se caracteriza por largos perio-
dos de silencio. Se escucha únicamente
un murmullo que se debilita conforme
pasa el tiempo.
De pronto, comienzo a sentir una impe-
tuosa necesidad por levantarme a cami-
nar. Al mirar directamente hacia el final
de los túneles, la luz brillante ha ini-
ciado a atenuarse. Incluso la atmósfera
Nacida en la Ciudad de México, el
1 de junio de 1997, Catina Ofelia
Valentina Flores Luiselli es una
estudiante de tercer semestre de
la carrera de Comunicación en la
Universidad
Panamericana.
Sus
periencia de vida singular. Un lugar puede permanecer igual en esencia,
mas nunca será posible regresar verdaderamente. El tiempo, aquel viejo
enemigo del hombre que, siendo capaz de curar cualquier herida y borrar
cualquier huella, transcurre siempre a paso firme y no se detiene jamás.
intereses principales son la literatura,
la publicidad y las relaciones públicas.
Su principal aspiración profesional
calones grises de la entrada, miro hacia atrás y me siento invadida por la
Catina Flores
radica en la labor humanitaria y la
creación de empresas de publicidad y
relaciones públicas.
cambia conforme transcurren las horas
y la tranquilidad invade el ambiente del
recinto. Inmóvil, observo aquel fenómeno maravillada.
Ha llegado el momento de partir. Al dirigirme lentamente hacia la sali-
da, la canción de “Who can it be now” suena a todo volumen. Aqu