Zaguán Literario Zaguán Literario 04 | Page 64

todo el tráfico atrás. Usando el carril alternativo en contraflujo los autos parecen ir en cámara lenta, mientras que él fácilmente los pasa sin tener que pensárselo dos veces. Pasa una calle, tres, cinco y se dispone a dar vuelta en la sexta. Deja de pedalear y empieza a inclinarse. Sus dedos mayor e índice están listos Y... se hizo la luz Catina Flores para presionar los frenos en el momento en que sea necesario. La bicicleta gira y el ciclista se incorpora a la calle hacia la derecha. Par- padea. Siente de pronto que su pierna derecha se atora en el pedal. La cadena se enreda en su pierna y pierde el equilibrio. Así, como Ícaro al sentirse en el punto más alto de su viaje, el ciclista pierde sus alas y se precipita a toda velocidad hacia el suelo; al dolor. La caída no duele. Lo único en lo que puede pensar es en levantarse antes de que los autos pasen por ahí. Se incorpora y un dolor punzante recorre su cuerpo de pies a cabeza. Es tan fuerte la sensación que el accidentado no puede reprimir una serie de maldiciones que lo liberan de su frus- tración. a subir en la bicicleta. Se asegura con pesadez y vuelve a avanzar. Algo ha Se detiene un momento. Recuerda que tiene que volver a su casa y vuelve cambiado en su faz. El paseo ha dejado de ser placentero. JOSÉ RODOLFO DUARTE Actualmente cursa el cuarto semestre de Comunicación en la Universidad Panamericana. Entre sus intereses y anhelos más grandes se encuentra el de hacer cine. Como gran admi- rador de las películas clásicas de monstruos y de los grandes universos cinematográficos, espera algún día poder llevar sus propias historias ante una audiencia grande y receptiva. 64 “Todo momento es único e irrepetible. Cada segundo que pasa forja una experiencia de vida singular.” 65