do su bastón negro. Cuando llega, Ya perdí la cuenta de cuántas ha- tanto: es su esposa. No se han di-
nistas o que se preocupan por repe- batalla para subir el gran escalón zañas logró en su juventud. vorciado, pero ya no viven juntos
tir exactamente igual sus acciones. que divide el local de la banqueta. En lo más profundo del corazón ni se ven. Él me había hablado de
No sé en qué momento come. La Llega cojeando a saludar a todos pienso que la separación con su es- ella, pero nunca había tenido el
mayoría del tiempo se la pasa pla- los que estén sentados y trabajan- posa y sus hijos se debió a lo incó- gusto de conocerla. Cuando lo veo
ticando conmigo, con Eli, Güero, do. Se espera el tiempo necesario modos que son sus comentarios y siento su soledad salir evaporada
Jorge o con la señora que esté a un a que su mesa justo en el ventanal seguro lo mujeriego no sólo es una de su cuerpo. Está con nosotros y
lado de su mesa. Además es muy esté desocupada. cualidad, sino una práctica. purifica su alma conviviendo con
curioso cuando pide. No le gusta Es extraño pensar que por más im- Mi instinto feminista me lleva a más gente.
el pollo, los huevos solo le gustan pertinente que es, siempre que lo pensar que fue un patán con su es- En cuanto ella se para se puede ver
estrellados. Postre solo si es brow- veo pasar por la puerta del local, posa y su hija. Pero hoy mi perspec- la ruta de una lágrima caer del ojo
nie y leche solo si es deslactosada, me saca una sonrisa y un apretón tiva cambió. Llego al restaurante y a la boca de él. Desvío la mirada
porque es intolerante. Es curioso, de manos. lo veo sentado con una señora que por respeto a su privacidad.
porque las gelatinas que le gustan Hoy en especial, ya que no soy a pesar de su edad se nota que en Se queda solo, con la mirada hacia
están llenas de leche y el capuchi- mesero, sino cliente, me siento a sus mejores años fue una belleza. la ventana, observando los carros
no nunca me lo ha pedido deslac- platicar con él sobre sus miles de Platican sin descanso y puedo ver pasar. Su mujer se ha ido y él está
tosado, ni se ha quejado de que le aventuras alrededor de México y en sus ojos un contorno rojo y una solo con cuatro desconocidos que
haga daño. el mundo y los supuestos restau- lágrima al borde del derrame. le hemos llegado a tener aprecio
De lado de su silla tiene recarga- rantes que abrió al pasar el tiempo. Eli se acerca y me mantiene al por tener corazón de pollo.
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películas de personajes perfeccio-