Zaguán Literario Zaguán Literario 04 | Page 48

sabores naturales. Luego que ella comenzó a venderlos no tardó en llegar car trabajo. Lo encontró en un hospital, sin embargo, se necesita sangre la competencia. Pero nadie se ha mantenido más que ella. fría para enfrentar el sufrimiento de un enfermo y ella no la tenía. La co- —En un tiempo muchos empezaron a sacar cuando lo vieron. Pero no mida entonces se convirtió en una opción para solventar gastos. dura, porque el buñuelo de nopal llevando el nopal se conserva. Si no, no —Así empecé a inventar comidas. Con la necesidad de sacar adelante a sale igual. Por ejemplo, los grandotes. Al momento se lo come y está muy mis hijos inventé muchas cosas. Ahora hago pasteles de chayote con ama- rico, pero si se guarda ese buñuelo, se enfría y para el otro día ya no está ranto, pasteles de verdura: zanahoria, elote con espinaca, huevo y se vende igual, cambia el sabor, está hasta como amargocito porque es vil harina. en rebanadas. Y así, por darles una buena alimentación a mis hijos, de Un buñuelo que lleva nuez, que lleva amaranto, que lleva nopal conserva ahí salía para ir vendiendo —dice Lina que señala los platillos si están en el sabor de la fruta. Yo le digo a mis clientas que hagan su prueba. Pongan su mesa—. Hago cazueladas, hacemos dulces cristalizados, las conservas. un montoncito de harina, pónganle el puro colorante. Háganla y verán Como ahorita, en tiempo de pera, en tiempo de ciruela, en tiempo de todo como queda. Ahora a esa misma harinita pónganle un poco de amaran- hago mermelada porque en la casa tengo arbolitos frutales; lo que ya está to o un nopal molido y verán como va a cambiar la consistencia de esa maduro si no se vende lo aprovecho. masa. La harina va a cambiar el sabor. A la elaboración de buñuelos llegó gracias a su mamá. Doña Apolonia se El puesto de Doña Lina es un festival dulce para el olfato y para la vista. casó con Antonio, un repostero que hacía cientos de estos discos crujientes Tiene una gama de color beige para los buñuelos de anís, nuez, amaranto para que ella vendiera en el mercado. Lina comenzó también a ofrecerlos. y guayaba; el tono caramelo de las mieles; el rosa, blanco y naranja de la Como no los sabía hacer se los compraba al repostero en 20 centavos y los pepitorias y otros dulces típicos que vende; el rojo de la lona con la que daba en 25, pero no le convenía, sacaba muy poco y para entonces se había cubre su negocio de la lluvia; el azul celeste de su suéter que la protege separado del marido —que buscaba variedad, me confiesa Lina entre car- del frío. Pero el protagonista es el verde de los buñuelos de nopal. cajadas— y tenía que mantener a cuatro hijos. Pidió a Antonio que le en- —Pruébalos —me dice con un gesto de quié n sabe conquistar por el es- señara a hacer buñuelos. El hombre accedió, pero nunca le dijo cuándo tómago. Me acerca una charola donde hay trozos crujientes. Han de estar comenzarían. La mujer insistió un par de veces pero como no veía acción muy buenos porque las abejas no hacen el intento por alejarse—. Ponle volvió a su método de observación en los puestos de feria donde venden su miel. Es auténtica miel de piloncillo. Lleva su canela, lleva su jugo de los buñuelos gigantes, de unos 20 centímetros de diámetro. limón para que no haga daño tanto dulce y no esté empalagosa. —Yo dije: “pues si no es tan difícil” y los comencé a hacer. Entonces les Se alcanzan a ver algunos trozos, como fibras, del nopal. Está crujiente. puse otros ingredientes. A veces me quedaban más gorditos. Pero las per- Le agrego la miel y me lo como. El sabor a nopal es muy sutil, como el sonas mayores me decían “es que luego ya no puedo remoler”, y yo pen- olor a hierba, pero se mezcla muy bien con el piloncillo, el aceite y la masa saba que tenia que haber una manera de hacerlos mejor. fermentada. La boca no queda con sensación grasosa. Como otro pedazo Doña Lina tiene una voz clara, amable. Sabe que es la única en Milpa Alta para seguir disfrutando el sabor. y tal vez en toda la Ciudad de México que hace buñuelos de nopal y otros Un señor interrumpe. Salió del restaurante frente al que vende Lina. Aca- 48 49 Cuando nació su primera hija los gastos aumentaron y Lina tuvo que bus-