acercaba a él. Mateo se paró
MARIO PACHECO
en un segundo y corrió hacia
donde se encontraba el portero
del edificio. Rogelio lo levantó
en sus brazos y le dijo: una dis-
culpa amiguito, cometí un error.
Mateo le lamió la cara y movió
su cola con entusiasmo.
casa y le comentó a la señora
Gómez lo que había sucedido.
Cuando Samantha dejó a Mateo
en la entrada, Rogelio lo acom-
pañó al elevador pero sin querer
apretó un botón equivocado por
lo que Mateo terminó en otro
piso del edificio. Lo triste de la
aventura del pobre Mateo es que
él seguirá tratando de averiguar
cómo fue que el elevador lo llevó
a un lugar desconocido en vez
de llevarlo a casa.
Nació en la Ciudad de México el 19 de
mayo del año 1996. Siempre ha tenido
Después Rogelio lo llevó a su
afecto por el arte y un interés especial
por la literatura, así como por la música.
Aficionado de las novelas y cuentos con
un toque de fantasía. Le interesa expre-
sar temas melancólicos, cómicos y uti-
liza muchos animales como personajes.
Se ha dedicado a la escritura de una for-
ma muy libre e intermitente. Recibió el
primer lugar en el concurso de sonetos
de la Preparatoria Tomás Alva Edison y
ha escrito reseñas musicales de manera
independiente.
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