Zaguán Literario Zaguán Literario 03 | Page 60

Lee todos los ejemplares de Zaguán Literario en issuu interrumpió a la mujer cuando dictaba su número telefónico, y ambas lo vieron morir. Esa tarde, en la fiesta de la “Tita” Ethel, toda la familia comió del delicioso pay de durazno. Raymond, en una de sus tantas pérdidas de memoria, olvidó que le había pedido a Franz que entregara a su abuela el pay de durazno que estaba en el Gran Marquis, en caso de no sobrevivir a la misión. Como buen ita- lo-germano, Franz cumplió su promesa. https://issuu.com/zaguanliterario Finalmente, el agua se calentó. Entré a la regadera y me lavé los dientes hasta que pude escupir ese desgraciado pedazo de maíz. La incomodidad de la palomita desapareció, pero nunca olvidaré esa deliciosa rebanada que mi abuela me daba en mi cumpleaños. Te extraño abuela, descansa en paz. Síguenos también en redes sociales ZaguanLiterario 60 61