Hay
el pantano de quien no sabe ni lo la muy particulares, que duran
que espera. sólo nueve segundos. Son las cor-
¿Pero habías oído hablar del día 20? tadas de hoja en los dedos. El tím-
Sí, el 20 de febrero. pano de la destinataria se agudi-
Para el pianista y su Dulcinea era el za, quiere escuchar música clásica.
día en el que se prendían los faros Llegan de cuando en cuando, a
de las calles, la neblina se disolvía, lo largo del día, en especial en la
y todos los cronómetros se ponían noche. Son el agua caliente en una
en sintonía. Porque él anunció con tina. Son incienso, un masaje en la
transparente esperanza que pronto espalda, una cabina que aísla el rui-
iba a regresar, y que aunque ella no do de la sucia ciudad. Son la voz de
era la única razón para hacerlo, sí su músico enamorado cada vez que
era el motor que lo tenía inquieto. se la manda atraviesan 4000 km en
Quería verla, quería desenredar lo lenguaje binario.
que alguna vez dejó atado. En esta historia también había una
El árbol escucha y se detiene intere- guitarra, y la guitarra era ADN.
sado. Sígueme contando el cuento, Porque cuando era niño, antes de
no sé en qué va a terminar. Como ser pianista, aprendió a tocarla.
cuando ves una película y estás Pero también es juventud, también
seguro de que te imaginas el fi- es ingenuidad. El pianista tocaba el
nal, pero luego la trama da un giro piano hoy en día porque el piano
inesperado y el guionista te atrapa. era novedad. La guitarra era parte
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unas
luces
de
benga-
ninguno tiene una bola de cristal.
voz, un poco más grave, un poco ¡Perdóname, no tengo telepatía! Y
más seria, un centímetro más de él. los abrazos de bienvenida, los aero-
Si algo había aprendido al pasar los puertos y las lágrimas de adiós se
años y al ir y venir la gente era que repetían y se repetían. Aún en el
la vida es un rompecabezas, con silencio más cruel, una luz roja,
más de un solución, que el amor diminuta, parpadeaba…
es una elección, la filosofía es un La gente amontonada pide tres
cuento, las mentiras son una dro- tacos de longaniza, la marchan-
ga, y el pianista, hoy, se había con- ta hecha la masa a la alberca de
vertido en su canción. grasa. El pianista abre los ojos de
Y es que la historia del pianista y golpe.
su enamorada continuaba y con- Hay tráfico de aviones en el embu-
tinuaba. Y hubo un invierno muy do de este aeropuerto que todos di-
largo. Y hubo un eclipse de sol. cen que está ya obsoleto. Aterriza
Porque la noche, porque la fiesta, un 777.
porque las prioridades, porque mi Las notas brincan revitalizadas,
amigo el alcohol. Y es que a veces son cada vez más hermanas, son
se sentía cómo la razón, con mano cada vez más niñas, son cada vez
firme, tomaba las riendas. Y es que más veloces. Ya va a llegar el día.
el pianista no tocaba tan bien el pia- Ting. La voz del capitán agradeci-
no todavía. Es que la infancia del endo. Ya se pueden bajar. La ola de
niño ingenuo se interponía. Es que gente de trabajo, que tiene escala,
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de los escépticos con las rodillas en del alma bohemia, el piano era la