Zaguán Literario Zaguán Literario 03 | Page 42

Hay el pantano de quien no sabe ni lo la muy particulares, que duran que espera. sólo nueve segundos. Son las cor- ¿Pero habías oído hablar del día 20? tadas de hoja en los dedos. El tím- Sí, el 20 de febrero. pano de la destinataria se agudi- Para el pianista y su Dulcinea era el za, quiere escuchar música clásica. día en el que se prendían los faros Llegan de cuando en cuando, a de las calles, la neblina se disolvía, lo largo del día, en especial en la y todos los cronómetros se ponían noche. Son el agua caliente en una en sintonía. Porque él anunció con tina. Son incienso, un masaje en la transparente esperanza que pronto espalda, una cabina que aísla el rui- iba a regresar, y que aunque ella no do de la sucia ciudad. Son la voz de era la única razón para hacerlo, sí su músico enamorado cada vez que era el motor que lo tenía inquieto. se la manda atraviesan 4000 km en Quería verla, quería desenredar lo lenguaje binario. que alguna vez dejó atado. En esta historia también había una El árbol escucha y se detiene intere- guitarra, y la guitarra era ADN. sado. Sígueme contando el cuento, Porque cuando era niño, antes de no sé en qué va a terminar. Como ser pianista, aprendió a tocarla. cuando ves una película y estás Pero también es juventud, también seguro de que te imaginas el fi- es ingenuidad. El pianista tocaba el nal, pero luego la trama da un giro piano hoy en día porque el piano inesperado y el guionista te atrapa. era novedad. La guitarra era parte 42 unas luces de benga- ninguno tiene una bola de cristal. voz, un poco más grave, un poco ¡Perdóname, no tengo telepatía! Y más seria, un centímetro más de él. los abrazos de bienvenida, los aero- Si algo había aprendido al pasar los puertos y las lágrimas de adiós se años y al ir y venir la gente era que repetían y se repetían. Aún en el la vida es un rompecabezas, con silencio más cruel, una luz roja, más de un solución, que el amor diminuta, parpadeaba… es una elección, la filosofía es un La gente amontonada pide tres cuento, las mentiras son una dro- tacos de longaniza, la marchan- ga, y el pianista, hoy, se había con- ta hecha la masa a la alberca de vertido en su  canción. grasa. El pianista abre los ojos de Y es que la historia del pianista y golpe. su enamorada continuaba y con- Hay tráfico de aviones en el embu- tinuaba. Y hubo un invierno muy do de este aeropuerto que todos di- largo. Y hubo un eclipse de sol. cen que está ya obsoleto. Aterriza Porque la noche, porque la fiesta, un 777. porque las prioridades, porque mi Las notas brincan revitalizadas, amigo el alcohol. Y es que a veces son cada vez más hermanas, son se sentía cómo la razón, con mano cada vez más niñas, son cada vez firme, tomaba las riendas. Y es que más veloces. Ya va a llegar el día. el pianista no tocaba tan bien el pia- Ting. La voz del capitán agradeci- no todavía. Es que la infancia del endo. Ya se pueden bajar. La ola de niño ingenuo se interponía. Es que gente de trabajo, que tiene escala, 43 de los escépticos con las rodillas en del alma bohemia, el piano era la