Ángel, amor de mi
vida
pero no me importó y comenzamos a platicar. Nuestros temas principales
de la noche fueron: las corridas de toros, la Fórmula 1 y el fútbol.
Me di cuenta de que él estaba dejándose llevar igual que yo, así que final-
mente le dije a una amiga, Livy, que de verdad Ángel me gustaba. Ella le
dijo a Dany y él le dijo a Ángel. Fue muy sencillo. Entre ellos dos se las
Nació en la Ciudad de Méxi-
co el 29 de junio de 1995. Hoy,
estudia Comunicación en la
Universidad
Panamericana
y espera dedicarse a escribir
guiones para televisión y cine
en un futuro no muy lejano.
Desde secundaria descubrió
su gusto por la lectura cuan-
do tuvo en sus manos una
novela de su autora favorita,
Jane Austen.
Lo que escribe son recuerdos
y sus pensamientos, esos que
no quiere dejar sin voz.
13 de abril de 2013. Sábado. Una fiesta
arreglaron para dejarnos solos en la sala. Me besó.
de cumpleaños. Todo parecía perfecto. Justo en ese momento llegaron por mí y lo único que dijo fue: “¿Cuándo
Comenzamos a beber y el ambiente se relajó. te voy a ver otra vez? Dame tu número.” Pasaron muchas cosas por mi
Entonces, llegó. Él cruzó la puerta y todo cam- cabeza, no sabía si esto era lo que quería. ¿Y si solo había sido eso? O sea,
bió; al menos para mí. Saludó a todos como si un beso en una fiesta un sábado por la noche. ¿Y si no? ¡Qué tal que estaba
nos conociéramos desde hace años y después, dejando ir al amor de mi vida! Comencé a dictarle el número y al llegar al
pasó a la cocina y se quedó ahí platicando con último dígito pensé en cambiarlo. Tal vez no era para mi. O tal vez sí.
el dueño de la casa, que era uno de mis me- En fin, le di el correcto.
jores amigos. Tenía que encontrar una buena
excusa para pasar y conocerlo. Hasta ahora,
solo sabía que se llamaba Ángel. Él no había llamado aún y yo ya no podía con las ansias. Por más que
Había algo sobre él que me llamaba la atención, trataba de convencerme de que solo había sido un beso de sábado por la
así que mientras en la mesa del comedor ju- noche, no podía. Lo busqué en Facebook, encontré su perfil y su foto me
gaban cartas, yo pensaba en una entrada. Me llamó la atención. Salía abrazando a una niña y asumí que era su hermana
rendí, me paré y simplemente pasé diciendo: por el parecido.
“Oye Dany, ¿tienes algo de comer? Me estoy Llegué a mi casa como a las 3 de la tarde y conecté mi celular. Antes de
muriendo de hambre.” Extrañados los dos sentarme a comer vi un mensaje nuevo: “¿Ya te puedo hablar o prefieres
niños me voltearon a ver y Dany me ofreció seguir haciéndote la difícil?” Era de Ángel. Contesté sutilmente: “Sí, jaja.
una manzana. La tomé y justo iba entrando Ya.” Esos primeros mensajes cambian todo .
su mamá. Ella comenzó a preguntarme por Nuestras pláticas cada vez duraban más y más. Me estaba gustando de-
mi familia y nos quedamos platicando mien- masiado. Me agregó en Facebook y ya tenía otra foto, pero no le puse
tras Ángel y Dany salían al balcón. Apresuré atención a eso. Él quería salir el viernes, pero yo ya tenía plan con unos
la plática y salí con la excusa de que las cartas amigos, así que lo invité. Pasó por mi y no podía ni verlo porque me
nunca me habían gustado tanto. daba pena, de verdad me volvía loca. Ese día comimos pizza y helado en
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15 de abril. Lunes. Escuela. Las cosas marchan bien.
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SANDRA MORENO
ZAMUDIO
Lo vi ahí parado, cuba y cigarro en mano. Le quitó un poco el atractivo,