muy concentrado en convencerte de pagar la fianza , pero sueltas una carcajada y dices ¿ pagar la fianza ? Jajajá , estás pero si bien loquito , sabes que no puedo hacer eso ¿ Por qué no puedes ? Te pregunto , pues porque soy tu conciencia , me dices , y las conciencias no usamos dinero . Ah … te digo . Pues ah … me dices . Entonces una marsopa marina salta por la ventana , devora al policía , luego al Comandante No Sé Qué , que por estar muy gordo , se le atora en la garganta . Pobre marsopita , pienso , y me apresuro a patear al Comandante en el culo hasta que la marsopa logra tragarlo y guardo mi piedra , un poco ensangrentada , en el bolsillo de la camisa , junto al corazón . Saco mi armónica en Si bemol y tomados del brazo , la marsopa marina y yo , salimos del ministerio público , bailando charleston , muy contentos . Tengo hambre .
CUENTO
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