Zaguán Literario Zaguán Literario 02 | Page 10

semanas nada más y que ella había salido muy lastimada. Me mostró su No tenía sentido, pero no me molestaba. Me daba igual si me odiaban o no. Yo estaba con él y él me hacía igual de feliz. Realmente no ponía atención a esos detalles, no era importante ya. En el cumpleaños de Livy hicimos una fiesta en grande. Sus padres lo fueron a dejar y solo los pude saludar de lejos, él dijo que todavía no era momento para presentarlos. La pasamos muy bien y conoció a todos mis amigos, a quienes él llamaba “seres extraños”. Nos sentamos en el pasto y me dijo: “Creo que eres el amor de mi vida. Te amo.” No supe qué hacer y lloré porque jamás había sentido algo así. Era recípro- co. Se rió y me abrazó. Llegó la hora de la despedida y me dijo que me Coyoacán. Para ser la primera cita todo salió muy bien. Sin duda era la mejor que había tenido. Nos despedimos y no dejé de pensar en él en todo el fin de semana. Era oficial, estábamos saliendo. Los días pasaron, las semanas mejoraron. Todo era perfecto. Corrección, parecía perfecto. Mediados de mayo. Cualquier día. Cada día éramos más y más. Él tenía problemas en casa con su padre y eso a veces alteraba su ánimo. Pasamos tardes enteras simplemente hablando de lo que queríamos hac- er y cómo lo queríamos hacer. Soñábamos con que él sería ingeniero de la Fórmula 1 para el equipo de Ferrari, y como yo no había definido mi carrera, simplemente estaría apoyándolo en los pits como buena mujer, porque claro, la boda era segura. Me contaba historias de cuando era pequeño, de su abuelo, que había fallecido hace poco. Me contaba de sus mejores amigos, Jos y Mariana. Ella me odiaba, o eso decía. No tenía por qué hacerlo, pensaba yo, si lo estaba haciendo feliz. Él dijo que solo estaba celosa porque en algún mo- quedara ahí, que no saliera. Me dio igual y me despedí. Él salía con sus amigos los fines de semana y yo hacía tareas o estudiaba. Nos veíamos por las tardes, me ayudaba con los exámenes y él estaba por acabar la prepa. Lamentablemente se fue a extraordinarios y lo castigaron. El castigo específico era: “No ver a Paola por dos semanas.” Me parecía muy extraño porque él me había dicho que sus padres estaban encantados con la idea de que tuviera novia y más si esa persona era yo. Él solo dijo: “Son conservadores, recuerda. Te veré en dos semanas, se pasan rápido.” En este punto yo ya tenía una foto juntos como foto de perfil en Facebook. Esto era serio. Y pasaron los días. Y pasaron las semanas. Y no sabía mucho de él. Lo único que sabía es que el viernes por la noche había ido a cenar con Jos y Mariana a Central de Pizzas y eso porque Mariana había subido una foto y lo había etiquetado. Pensé en darle like, pero no. ¿Para qué? Eso sería mostrar mis celos y ahora Mariana sí tendría razones para odiarme. mento habían intentado tener una relación, pero que habían durado tres 9 10 foto. Sí, era la niña de la foto anterior de su perfil de Facebook. Reí.