estaba en el éxtasis de la atención. Después, tuvo MARIANA
ganas de besar a Rodrigo, que todos vieran cómo RÓO RUBÍ
de los comentarios que hacían los demás. Victoria
besaba a su novio, que mientras lo hacía desearan
ser Rodrigo. Entonces, se besaron, y Rodrigo ape-
nas podía mantenerse en pie. Luego examinó a
la chica parada frente a él, vio sus ojos verdes, sus
labios rosados, su cuerpo delgado y notó cómo ese
vestido trazaba su delicada figura. Con su mano
rozó su cintura, lentamente subió hasta sentir
su espalda descubierta y la besó otra vez. Mien-
tras se besaban intempestivamente, fuertemente,
desesperadamente, en sus manos dejó de sentir la
cálida piel de Victoria, y por sus dedos comenzó
a correr un aire gélido, la suavidad fue remplaza-
da por una solidez metálica y en su boca tuvo la
sensación de besar una fría perfección. Y es que
ya no era Victoria quien estaba entre sus brazos,
sino un hermoso candelabro. Qué figurilla.
Estudia Comunicación en la UP
y también está interesada en Fi-
losofía. Le gusta Fade into you de
Mazzy Star y las tormentas, espe-
cialmente antes de dormir. Disfruta
del silencio y de comer helado de
limón en cono sin importar cuál
sea el clima. Lloró un poco cuando
murió García Márquez y duerme
junto a una postal de Hemingway
que tiene en su buró.
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