De (C)iertas
arenas
Corresponsal del Seminario de Cultura Mexicana
Julio César Félix
Irving Ramírez, escritor veracruzano, quien radicó una década en la Comarca Lagunera, nos entrega hoy un poemario desértico: para navegar en el tiempo que no existe.
Irving es director de la Escuela de Escritores “Sergio Galindo”, en Xalapa, Veracruz, afiliada a la Sociedad General de Escritores de México (SOGEM). Ha publicado 10 libros en distintos géneros: novela, cuento, poesía y ensayo. Ha sido ganador y finalista en premios nacionales e internacionales.
De arenas y otros lugares, editado por la Secretaría de Cultura de Coahuila, en este 2018, se nos presenta en una primera parte como una reunión de poemas que inician con el texto titulado “Zona de silencio”, y tiene un segundo apartado que se llama “Orquídeas susurrantes”.
PANORAMA DESÉRTICO (de la primera parte del poemario):
En “Lienzo: el cielo” me parece que el poeta logra dibujar con palabras cuidadosamente elegidas los atardeceres comarcanos que en realidad son verdadero regocijo para los sentidos; siempre majestuosos, siempre diferentes:
La bóveda rojiza que se esparce
El púrpura que inunda, el magenta que estalla
El fucsia que se mezcla con la sangre
Allí las nubes se contagian del sol
Rosa como algodón de azúcar
Son los rayos de Saulo, el converso
La magnitud de Moisés con los mandatos
Y en esa inmensidad que es la del alba
Un prodigio se abre por los cerros
El pintor nunca pinta el mismo cuadro
Y ese pintor es un pintor invisible, dice el poeta. Un poema muy conmovedor, muy plástico y muy logrado, como dije, en materia evocativa y sensible sobre las puestas de sol en la Comarca Lagunera, que pudiéramos pensar que son también los atardeceres del mundo, pero sabemos que en esta región las puestas de sol son muy singulares, únicas.
Irving utiliza el verso libre y lo alterna con el poema en prosa, en una tolvanera de versos; también encontramos un caligrama, más bien dos, el primero: “Pirámide”;
Poemario que es una tolvanera de atardeceres; desiertos, ausencias, silencios…
“El desierto es dueño de la noche”…
“Quien vive en el desierto
Es un seductor de la sombra”
Dice Irving. Y nos sigue contando a través de sus imágenes esta historia evocativa del hombre en su panorama de desiertos: Flora y fauna: física y mítica.
El calor lagunero expresado transparentemente en el poema “Bochornos”: “Todo está a punto de incendiarse”, dice el poeta. “la comarca es una lánguida insolación”…
En Orquídeas susurrantes, la segunda parte del libro, las flores, las plantas y sus nombres son metáforas de los colores y aromas que percibe el poeta en el mundo; mandrágoras, gladiolas, rosas, flores sin nombre, hueledenoche; siemprevivas, cempasúchil, girasoles, jacarandas, margaritas, lirios del valle, llenan de aromas y dulzuras nocturnos este recorrido, dibujan formas y texturas coloridas con respiración propias:
Es septiembre
Las buganvilias fungen como centinelas
De las piedras
Sobre las jacarandas:
Cuerpo de trompeta derretida como
relojes mojados. Elefante que intuye con su trompa la
identidad del frío
Flores de agua, flores de imaginación, así va concluyendo este pasaje poético; este canto.
Celebramos el nuevo libro de Irving Ramírez en la ciudad que vio nacer muchos de los versos que se reúnen en el libro que presentamos esta tarde.
Texto leído en la presentación del libro De arenas y otros lugares, en la librería Astillero, a las 19 horas.
Torreón, Coahuila, 27 de enero de 2018.