Y digo yo... | Page 11

PALABRAS INVITADAS Hace ya mucho tiempo que en el pueblo impera la miseria. Todo en esta miseria acude al basural del suburbio buscando qué comer. Hace tiempo ya que el basural alimenta a todos. Acaso en este hecho se cifre la evidente alteración de costumbres sexuales. Pues en este pueblo las hembras han dejado de devorarse a los machos. Tal vez, la basura que éstos ingieren para sobrevivir les ha conferido un sabor desagradable. Pero más allá de esta hipótesis los cierto es que las hembras se han vuelto vegetarianas y se niegan a sostener prácticas sexuales. Esta decisión conlleva a una certeza: día tras día disminuye el número de mantis religiosas que existe en el pueblo. Pero si bien las hembras de mantis religiosas ya no copulan, dado el gusto desagradable que adquieren los machos alimentados con basura, aún conservan su costumbre de elevar las patas al cielo en una plegaria. Las mujeres del pueblo han observado este cambio en las hembras mantis. Y siguiendo su ejemplo, elevan los brazos en plegaria al cielo del hambre y la miseria. Las mantis ruegan para que mejores recursos gastronómicos devuelvan el sabor añejo a los machos. Las mujeres, en cambio, parecen rogar por el perdón del cielo. Mientras algunas desnudan a un puñado de hombres en mugrientas camas del pueblo, otras, encienden el fuego en las cocinas y afilan las herramientas de corte. Y por si acaso, recogen grandes porciones de hierbas aromáticas para disimular el sabor de la basuraleza humana. Hembras Sergio Francisci Rosario Fabulador en Compañía de Ánimas (Facebook) 11