Winflag11 (Suplemento No1) | Page 3

La presión 1) Tras inmediata pérdida de balón La presión exhibida en Newell´s es agresiva, es intensa, es férrea. Sin embargo, la misma adolece a veces de cierto cariz individualista; pues si el jugador pierde la bola su cometido es recuperar la misma con suma celeridad y esto a veces provoca descoordinación en el conjunto. De igual modo, algunas situaciones de saque de meta son presionadas con gran intensidad pero poca inteligencia dando lugar a desequilibrios que pueden ser asequiblemente solventados por el adversario con un cambio de juego adecuado. El lector tendrá una buena representación de lo que afirmo si trae a su mente la imagen de Messi tras perder un esférico. La gran mayoría de ocasiones en las que a Lionel le roban el cuero, el jugador de Rosario emplea toda su velocidad e intensidad para recuperarlo, con unas virtudes que han propiciado que Guardiola lo considere el mejor defensa del mundo. Esta imagen la veremos en Barcelona en muchas ocasiones; de la coordinación, organización y asentamiento de conceptos defensivos de los jugadores dependerá el éxito de esta herramienta clave en fútbol. 2) Con posesión mantenida del cuero para el adversario En aquellas situaciones de juego en las que el conjunto opositor tiene en su poder la bola, el repliegue defensivo es veloz y es certero. La formación 4-3-3 (con la variación del 4-1-3-2 primigenio) permanece inalterable y las líneas se juntan en gran medida, tratando de imposibilitar cualquier circulación de bola, buscando la asfixia del contrario. No se producen pues, concesiones de terreno de ataque. Para todo esto, obviamente, se requiere tanto de un estado físico privilegiado como de un estado mental únicamente dirigido a la puesta en práctica de los conceptos defensivos aprehendidos en los entrenos diarios. Repliegue y esférico dividido Newell´s Old Boys no tenía problema alguno en replegarse tras la línea de tres cuartos o incluso, tras la divisoria si no estaba en posesión de la pelota. Pero la presión nunca cesaba con una basculación de todo el once en función del recorrido de la bola y una press intensa y correosa del hombre más cercano al poseedor. En no pocas ocasiones, hemos visto a los equipos rivales verse obligados a retroceder y retroceder hasta llegar el esférico a los dominios del arquero, quien se veía obligado a rifar la posesión. De especial importancia, es el comportamiento de sus equipos ante el balón dividido. En la pasada eliminatoria de semifinales de Champions League ante el Bayern München, el Fútbol Club Barcelona adoleció de tal intensidad y agresividad que es la enseña de los equipos del Tata. Gran parte –por no decir todas las pugnas- fueron ganadas por los muniqueses. En este punto, es donde la mano de Martino más ha de notarse, en la lucha por los balones divididos con fuerza y tesón, para tras recuperación, abrir rápidamente a banda e iniciar jugada de ataque.