WEBS Teachers' Resources ebook_final | Page 746

1. INTRODUCCIÓN: CONOZCAMOS EL TEMA SOCIEDAD GOBIERNO INFORMATIVOS 1 INFORMATIVOS 2 TESTIMONIO TEXTO A 2. LA MEMORIA LITERARIA Cuando teníamos algún dinero, en vez de ir a los chinos de La Colmena, íbamos a un sitio de bohemia chic: el Negro-Negro. En ese sótano de los portales de la plaza San Martín yo me sentía en el soñado París, en una de esas caves en las que cantaba, allá, Juliette Gréco, escuchada por los escritores existencialistas. El Negro- Negro era una boîte con empaque intelectual; en ella se daban funciones de teatro y recitales y se oía música francesa. Al amanecer, en sus mesitas diminutas y entre sus paredes con carátulas de The New Yorker, se concentraba una fauna exquisita y estrafalaria: pintores como Sérvulo Gutiérrez, que había sido boxeador y que, allí, contaban, una noche había desafiado a un militar a trompearse encerrados en un taxi; actores, actrices o músicos que salían de sus funciones, o, simplemente, bohemios y noctámbulos de corbata y saco. Fue allí, una noche de muchas cervezas, en que un arequipeño, llamado Velando, me hizo probar la «pichicata», asegurándome que, si aspiraba esos polvitos blancos, se me desaparecerían de golpe y porrazo los vapores del alcohol y me quedaría fresco y dispuesto para el resto de la noche. En verdad, la «pichicata», por exceso de dosis, o por alergia constitutiva, me produjo una sobreexcitación nerviosa, un desasosiego y malestar peores que los muñecos de la borrachera y me quitó las ganas de repetir esa experiencia con drogas. (Ese jalón de cocaína tendría una melodramática resurrección, cuarenta años más tarde, durante la campaña electoral de 1990. TEXTO B Mario Vargas Llosa: El pez en el agua. Mi gobierno me mandaba a México. Lleno de esa pesadumbre mortal producida por tantos dolores y desorden, llegué en el año 1940 a respirar en la meseta de Anahuac lo que Alfonso Reyes ponderaba como la región más transparente del aire. México, con su nopal y su serpiente; México florido y espinudo, seco y huracanado, violento de dibujo y de color, violento de erupción y creación, me cubrió con su sortilegio y su luz sorpresiva. Lo recorrí por años enteros de mercado a mercado. Porque México está en los mercados. No está en las guturales canciones de las películas, ni en la falsa charrería de bigote y pistola. México es una tierra de pañolones color carmín y turquesa fosforescente. México es una tierra de vasijas y cántaros y de frutas partidas bajo un enjambre de insectos. México es un campo infinito de magüeyes de tinte azul acero y corona de espinas amarillas. Todo esto lo dan los mercados más hermosos del mundo. La fruta y la lana, el barro y los telares, muestran el poderío asombroso de los dedos mexicanos fecundos y eternos. Pablo Neruda: Confieso que he vivido.