Voz Montevives Nº 11 | Page 54

BEGOÑA LARA , profesora de Inglés

Queridos lectores ,
Soy Begoña Lara , profesora de inglés del IES Montevives y antes de nada quería dar las gracias al equipo de redacción por invitarme a escribir algo para la revista . No es la primera vez , he de confesaros , que me había picado el gusanillo de dirigiros algunas palabrillas y ahora ya no lo puedo demorar más . Ahora ya , me jubilo después de 33 años de profesión , habiendo compartido los últimos catorce con vosotros . Me han pasado algunas preguntas para que sirvan de hilo conductor a este escrito , así que intentare contestar a todas .
Yo creo que aunque oficialmente llevo 33 años en la profesión , ésta llamó a mi puerta incluso sin que yo la hubiera invitado . Soy la 3 º de siete hermanos así es que me tocó el papel de ir enseñando y contribuir a la educación de mis 4 hermanas menores . Recuerdo las tardes en las que nos poníamos a hacer la tarea y si no era una , era la otra la que me pedía que le ayudara con alguna explicación de algo de sus deberes . Luego en casa , iba abriendo el camino en cuanto a cómo se hace esta comida , cómo se plancha esto o cómo se limpia lo otro …( eran otros tiempos ). Durante la carrera también daba clases particulares de inglés a algún chiquillo de la vecindad , lo cual me vino muy bien económicamente .
Cuando estudiaba Filología inglesa , yo no sabía que me dedicaría a esto , ni siquiera era una opción , ya que siempre fui muy tímida y me costaba comunicarme con la gente . Entré en la enseñanza por casualidad . Después de terminar la carrera , impartí un cursillo de inglés a azafatas de congresos . Luego me llamaron de la Escuela Oficial de Turismo para ofrecerme trabajo . Allí estuve casi un curso y cuando éste terminaba , mi padre y mi hermana me insistieron y me presenté a las oposiciones y obtuve una plaza . Al Montevives llegue después de 17 años en otro instituto de la provincia de Córdoba y aunque no os guste , mi primera impresión no fue del todo buena . Lo comparaba con mi otro instituto y me costó adaptarme . Los compañeros no hacían nada por acogerte y no había relación entre nosotros . En cambio en el instituto del pueblo de Córdoba , la relación era buenísima ya que todos nos sentíamos exiliados en aquel lugar apartado de la sierra cordobesa y hacíamos lo posible por reunirnos y formábamos una gran familia entre todos . Es por eso , que me propuse ser yo la que recibiera a los compañeros nuevos ( de mi departamento , sobre todo ) y les enseñara las dependencias del instituto , para que no se sintieran como yo me había sentido . En cuanto a los alumnos , en el pueblo de Córdoba , los grupos eran menos numerosos y ya era conocida después de tantos años . Si no le había dado clase al tío de alguno , era al primo , o el alumno , era mi vecino .