Colum
Luisa Jaramillo
E
La voz del indigano que exige verdad
scribir para exorcizar
demonios,
escribir
para amar y enamorar;
escribir para conocer,
comunicar, para denunciar,
para sentir y por encima
de todo, escribir para ser,
existir y no morir.
sentires, los pensamientos,
conocimientos
y
alucinaciones de quien
las escribió, hacen que
el tiempo se detenga,
y empiece a correr de
nuevo sólo cuando son
pronunciadas,
dando
así el gran paso hacia la
Para empezar, las palabras existencia.
son más que letras y
códigos
entrelazados,
Si bien, una palabra
son más que formas y me
lanza
hacia
la
mamarrachos, más que existencia,
así
como
expresiones gramaticales también a mis imaginarios
que requieren de una y
sentires,
entonces
buena ortografía.
las palabras tienen el
poder para comunicarlos
Las
palabras,
en y transmitirlos a los
esencia y en mayor grado demás; como sucede
de importancia, son lo también con los medios de
que me conforma, lo que comunicación, que usan
me construye, lo que las palabras y el discurso
me hace ser. Escritas o para a diario crearnos
pronunciadas hacen que realidades y mostrarnos
los sentires y las tragedias lo que sucede a nuestro
cobren vida y aparezcan alrededor; pero ¿Qué es lo
en el imaginario colectivo; que nos muestran? ¿Para
las palabras, hicieron que qué nos educan?: nos
Homero creara una odisea, construyen héroes, nos
que los olores cobren vida llenan de mediocridad y nos
y que un libro sea el más incitan a un consumismo
grande tesoro existente, desmedido,
perpetúan
solo por contenerlas; el adormecimiento de
pues al estar plasmadas la mente y el intelecto,
en hojas amarillentas nos alejan de la realidad
e impregnadas de los entreteniéndonos
con
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Creo En La Perla
telenovelas
dramáticas
y vacías mientras la
corrupción hace de las
suyas y en últimas, como
lo afirma la Escuela de
Frankfurt: “alienan a toda
una sociedad”.
Los
medios
de
comunicación
están
confabulados
con
el
gobierno, todos los días
nos
bombardean
con
mentiras, hipocresía y
falsedad y a diario nos
creemos esa realidad,
somos perpetuadores de
mentiras verdaderas y de
realidades paralelas; el
pueblo vive en una realidad
equivocada creada para
manipularlo y seducirlo,
para volverlo dócil y pasivo;
una realidad creada por
la televisión y la radio
que vemos y escuchamos
a diario, que corroe
nuestras mentes con
material inoficioso, crea
estereotipos de belleza y
vende una idea capitalista.
Por años el adormecido
citadino y el tímido
campesino “guardaron un
silencio bastante parecido
a la estupidez” , creyeron
que decir lo que se pensaba