“ Si puedes elegir entre
dos cosas, toma aquella
que nunca has intentado ”
ruinas de hacienda, del tiempo del
esplendor henequenero de la región,
llegamos al lugar, hacemos las
últimas preparaciones e ingresamos
a la caverna cargando nuestro
equipo…
La impresión de la película es
espectacular, ingresamos a una
cámara subterránea de unos 60
metros de profundidad y 50 de ancho,
con unos 18 metros de altura, se
caminan unos metros hacia adentro
hasta llegar al espejo de agua, la
transparencia es inmaculada, se
podría jurar que no existe agua, sólo
el reflejo de la luz de las lámparas en
la superficie delata al H2O.
Desinflamos los chalecos y por fin
nos sumergimos, inmediatamente
inicia ¡el viaje!, nos tridimensionamos
en el especio obscuro de la cueva
y flotamos como astronautas en
el espacio, la claridad del agua
es espectacular, solo cuando nos
acercamos al fondo, el movimiento
de nuestra aletas levanta un poco de
sedimento y nos permite saber que
no estamos flotando mágicamente
como inmersos en una película
de un poderoso mago, que nos
hace levitar… Nuestras luces
iluminan
espectacularmente
las formaciones bajo el agua
y pasamos a través de las
estalactitas,
columnas
y
estalagmitas, ahora podemos
ir hacia arriba y hacia abajo
apreciándolas en todo su
esplendor, nos adentramos por
una primera cavidad y la gruta
desciende abruptamente…
Llegamos al lugar y mi
pensamiento
se
queda
extasiado por unos minutos
reflexionando en el pedazo de
historia que tengo enfrente,
nuestro tiempo de buceo
termina y tenemos que iniciar
el regreso, sólo pasamos 20
minutos de inmersión y parece
que tuvimos una experiencia
histórica… Llegamos a la
superficie y disfrutamos de la
experiencia esperando nuestra
próxima aventura para tener
otro “día inolvidable”
Cenote
Papakal
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