Los compañeros de trabajo: No hay nada peor para nuestra productividad que un compañero de trabajo pesado. Parece ser que no tienen mucho que hacer y su objetivo no es otra que contarnos al detalle sus anécdotas, planes de fin de semana, o el último aparato electrónico que han adquirido con la paga extra. A mí sólo se me ocurre una forma de evitarlo, que las cargas de trabajo sean equilibradas. De este modo, todos los trabajadores tendrán los mismos quehaceres y estarán ocupados pues, si hay gente ociosa con poco que hacer, se dedicará a entretener al resto y, por nuestro afán de ser sociables, acabaremos perdiendo nuestro preciado tiempo.
¿Qué conclusiones podemos sacar de esto? Debemos evitar todas aquellas distracciones o hábitos que nos hagan perder el tiempo. En medida de lo posible estaría bien mantenernos alejados de la conexión a internet, mantener cerrada la bandeja de correo electrónico, o escribir un horario y cumplirlo a rajatabla.
Alberto Garciahandia
22/02/2018