VISIONARIOS a la gorra | Page 26

La Máquina de Escribir

Ser aficionado a la escritura era algo que a Juan le molestaba. En su interior latía una necesidad, ser el mejor, el mejor en cualquier cosa, pero ser el mejor. Quizás esa era una traba que el mismo se ponía a la hora de encarar alguna actividad, cualquiera sea. Pero yo no soy psicólogo, tan solo soy su amigo. Me imagino también que eso le provocaba mucha tristeza, aunque nunca me lo dijo. Yo creo que el que busca algo, y le pone ganas y empeño, lo consigue, aunque tengo mis dudas, en especial a la hora de que ese sueño que tuviste se hizo realidad. Habría que pregúntales a esos que se vanaglorian diciendo que todos podemos alcanzar nuestros sueños, preguntarles que parte o porción de su alma quedó en el camino, que tuvieron que canjear para conseguirlo, y además, como se siente vivir con los sueños

cumplidos, o para decirlo de otra forma, como se puede vivir sin sueños. Y esto que digo no es una ocurrencia mía, esto le pasó a Juan, él quería ser el escritor más famoso del mundo, y lo consiguió, se convirtió en el escritor más odiado del mundo. Quizás estoy haciendo mal anticipando parte del final, pero esto no es un cuento, es tan solo un texto que intenta explicar lo sucedido, además ya nadie escribe cuentos, o se anima a hacerlo.

Juan intento de todo. Desde chico empezó a jugar al futbol, pero eso no era para él, no alcanzo a formar parte de la primera del club del barrio donde vivía. Después se dedicó a la música, pero tampoco era su fuerte. Del rock se pasaba a la cumbia, del chamamé al melódico. También intento el dibujo y la pintura, pero sucedió lo mismo, nadie le compro un cuadro, peor aún, la gente pasaba de largo frente a sus pinturas, en las pocas exposiciones que participó.

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