Los equipos de trabajo, como toda
creación humana, son ideas que
alcanzaron su expresión, que se
materializaron.
Los equipos son, primero, en el espíritu y en la mente de “ALGUIEN”, después en la realidad exterior. Sin embargo, de allí en más, lejos de independizarse de lo ideativo, su suerte queda fuertemente ligada a cómo son pensadas y sentidas por sus miembros en el transcurso del tiempo.
De modo que el sólo hecho de pensarlas desde una visión más reflexiva y optimista constituye a priori una ventaja competitiva y, algunas veces, la única diferencia entre ganar o perder.
Desde que se ha inventado la rueda o la escritura y hasta nuestros días, los cambios que han provocado mayor prosperidad han sido los de tipo conceptual.
Sabemos que a veces una transformación que se insinúa tímidamente, solo necesite de un pequeño empuje, de un respaldo, de una justificación tal vez, para irrumpir y establecerse con sorprendente firmeza en nosotros mismos.
Esta revista se ha generado con la esperanza de facilitar ese cambio. Si como lector te sentís identificado y se sintieran estimulados a pensar sobre algunos de los temas tratados, entonces el trabajo habrá valido la pena, y nos daremos por satisfechos.
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