Visionarios 3 | Page 32

que ver con un misterio que termina convergiendo en estos y la tierra. Simbologías que van surgiendo a través de las culturas de los pueblos originarios y su particular forma de expresión. Todo lo que tiene que ver con lo nativo, con los colores de la tierra: más roja, más amarilla, por ahí, siempre ando por ahí con los cálidos, mi paleta es bien cálida y tiene que ver también con lo precolombino. Me llama mucho toda la cultura de los pueblos originarios, esa temática que en mis tiempos de la facultad quedaban relegados o simplemente se dejaba de lado, para hacer foco siempre en lo europeo. El arte amerindio me inspira, me acompaña a la hora de expresar mi arte, mi simbología está de alguna manera evocando a esos creadores anónimos que no tienen nombre pero que me moviliza un montón, todo lo que tiene que ver con ese tipo de expresión gráfica, que es sintética y simbólica. Mi pintura pretende ser así, sintética, colorista y simbólica.

¿Qué técnicas combinás?

ANA: Siempre voy combinando distintas disciplinas. Hago telar, armo fajas y las pego en la pintura. O hago cerámica, tengo taller de cerámica acá en casa, y siempre las vasijas me persiguen, en las pinturas también aparecen las vasijas como símbolo expresivo. Combino a veces la vitro-fusión, la cerámica…bueno lo que se me ocurra hacer termina pegado en la pintura. Así se convierten en pinturas con técnicas mixtas. Todo resulta fragmentos de un mismo pensamiento o mensaje. Todos los componentes del universo se combinan de algún modo en mis trabajos para expresar mis emociones y darle coherencia a mis obras. Porque cuando vos hablas de técnicas, por ahí uno experimenta técnicas que te alejan de lo que vos querés significar. Porque a veces la gente confunde la técnica, un aprendizaje técnico, con lo que es una expresión genuina. Porque en realidad la búsqueda pasa por otro canal, no tanto en la técnica sino en los colores que se combinan en el trabajo. A mí siempre todo me conduce más a la pintura, más allá de las técnicas que combine, todo parte desde el color. No deja de haber una dualidad entre aprendizaje y docencia en las obras que uno proyecta, porque muchas veces ocurre que el mensaje no llega a ser interpretado de la misma manera por quienes aprecian la obra. Ser explícito con lo que los demás esperan de tu trabajo, te va anulando a vos, Picasso también habla de esto y dice: “yo no puedo pintar para

vender, además de vender tengo que seguir mi camino, yo no busco, encuentro”. En la continuidad del hacer se va modificando el lenguaje, vos vas cambiando y tu obra con vos. No te podés quedar estanco en lo que a la gente le gusta y seguir repitiendo en serie como una máquina una misma obra, porque ahí boicoteas tu vocación. Hay que ver dónde está la significación del éxito para cada persona.

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