VIDAMÉDICA / Médicos Mayores { 63
Médicos Mayores
DOS CARDIÓLOGOS ACTUANDO COMO PSIQUIATRAS
Dr . Óscar Román A .
En una Revista cultural nacional , publicada en la década del 90 , encontré un artículo de divulgación científica del Dr . Fernando Lolas S , destacado médico nacional , titulado “ Las palabras y la Ciencia ”. Alude a que una de las funciones y “ preocupaciones ” del científico , al reconocer una nueva enfermedad , es describir las características que la definen , que la “ construyen ” y que también requiere un nombre . Una palabra descriptiva , a veces poética , como un hogar que la defina en el mundo científico . La palabra de la ciencia aún puede ser una ecuación , según Lolas . Lo interesante parece ser la afirmación de un filósofo que establece “ la libertad de dar a los hechos y cosas , el nombre que el científico quiera ”. Aquí viene el ejemplo : Los cardiólogos americanos de California , Friedmann y Rosenman , que atendían en una misma oficina , observaron que las sillas en que se sentaban los distintos pacientes atendidos , tenían sus tapices viejos y ajados , y que requerían un cambio . El Maestro carpintero llamado a tal efecto , les dijo , mirando curiosamente : “ que raros sus pacientes , desgastan la parte anterior del asiento y la posterior está bien ”. Sorprendidos , los cardiólogos , además de ordenar el cambio de tapiz , decidieron estudiar qué había sucedido en algunos de sus pacientes que adoptaban tan rara posición . Dedicaron casi dos años a esta tarea y con abundante material clínico pudieron concluir que la mayoría de sus pacientes jóvenes , ejecutivos de empresas , eran los más rápidos en su accionar general , tenían las manos sudorosas , y se sentaban en el reborde anterior de la silla , para arrancar tan pronto como fuese posible . Otros pacientes , en cambio , casi la mitad , se sentaban como caballeros , y se comportaban con la lentitud propia de un ser humano enfermo , que denominamos “ paciente ” en la jerga médica , porque espera un resultado final ( diagnóstico ), bueno o malo . En ambas situaciones , el diagnóstico final , además del cardiológico , fue “ estrés emocional ”. Presentaron el trabajo científico con el nombre de “ enfermedad coronaria y estrés emocional ”, parentesco no bien conocido ni estudiado en esos años . Fue rechazado en dos ocasiones con ese nombre , porque era poco creíble que los cardiólogos pudieran abordar
con precisión un diagnóstico propio de la Psiquiatría . Convencidos que estaban frente a un nuevo cuadro situacional y emocional , cambiaron el nombre de estrés por “ Personalidad tipo A , que era un nombre no muy bueno , señala el Dr . Lolas , pero al describirlo , tenía elementos definidos que permitían diferenciarlo con claridad . Efectivamente , el síndrome con su aceptado nuevo nombre , se extendió en la literatura médica , y entre nosotros , la Dra . Ifland , Psicóloga , junto al autor de esta nota , presentamos el trabajo con el cauto título de “ Definición de un instrumento psicológico predictivo de enfermedad coronaria ” a un Congreso de la especialidad de Cardiología , en 1976 . Si no les es conocida , la personalidad tipo A se caracteriza por presentar dos elementos distintivos ; obtener récords y presencia de agresividad latente . Además de estar permanentemente en contacto o adivinanza de la hora real del momento sin mirar el reloj , busca récords en la realización de diversas tareas domésticas familiares , de la actividad corriente , y aún de partes de su mismo trabajo , ganando tiempo de realización de ellas , ( tiempo de escribir una nota , hacer recorridos de compras en almacenes , a gran velocidad , ganando a familiares y vecinos , ganar en velocidad de recorridos en auto por una determinada avenida , exigiendo el paso a los demás autos , y “ saludando ” si no lo hacían ). Además , realizar dos o tres tareas en un tiempo válido solo para una habitualmente . La segunda característica , la agresión latente , consiste en enojo y reto , sin llegar nunca a las manos , frente a acciones comunes que realiza más rápido que los sujetos que las hacen comúnmente . Es frecuente que el jefe lo haga más rápido que sus trabajadores , aun si éstos son los que están a cargo permanentemente . Lolas reconoce que en la labor científica , por cada término exitoso , hay muchos que no lo son , como el de “ estrés ” de Hans Selye , que empezó a usarlo en su definición real después de varios intentos para identificarlo con alteraciones psicológicas . No es el caso de la personalidad tipo A , que orienta claramente hacia una propensión a desarrollar enfermedad coronaria , como hemos observado en nuestros pacientes .