Vida Médica Volumen 74 N°3 2022 N°3 | страница 65

VIDAMÉDICA / MÉDICOS MAYORES { 65 las 24 horas del día , procesando , congelando y envasando lo que pescan para enviarlo al país que los contrata . Aquí empezaba el drama , pues había que subir por una escala de fierro lateral , que llegaba hasta la mitad del casco visible . Aunque la cubierta estaba iluminada , el casco , que era como un edificio de 5 pisos , no estaba iluminado . Nuestra lancha parecía un zancudo tratando de picar a un elefante . El buque anclado ahí no se mueve ni un centímetro , en cambio nuestra lancha subía y bajaba como seis u ocho metros cada vez , llegando justo a los últimos peldaños , y bajando nuevamente . Lalo me dice : en la subida hay que agarrarse firme , eso es todo . Claro , para él : atlético , con buen estado físico , seleccionado de basketball de la provincia , que nació y se crió a diez metros del muelle , que conoce la isla y sus recovecos . Pero yo , qué tengo que ver con todo eso , me quiero devolver . Lalo me tranquiliza y me da ánimos . Es el primero que sube . La lancha pesquera empieza a subir y al llegar a su altura máxima , se toma de los últimos peldaños , hace una flexión de brazos hacia arriba , son unos pocos segundos que la pequeña embarcación se mantiene ahí , e inmediatamente comienza a bajar cerca de 7 o quizás 10 metros . Hago el primer intento , alcanzo a tocar el fierro horizontal con una mano , pero no me pude soltar de la otra mano , no fui capaz . Con el nerviosismo me empezó un dolor abdominal y ganas de ir al baño . Segundo intento . Lo mismo . Entonces bajó Lalo hasta los últimos peldaños a socorrerme y se agacha . Empieza a subir la lancha nuevamente . Me acuerdo de mi madre y rezo el padre nuestro , realmente estoy descolocado . ¿ Quién me manda a hacer esto ? Todo por unos pesos más . No supe cómo el Lalo me agarró de la muñeca y me subió fácilmente . Tengo que decir que he sido uno de los más bajos de estatura del curso . Peso más o menos 54 kilos . Riéndose , Lalo me dice : ve que era fácil Doc . Con la poca fuerza que me quedaba le eché dos garabatos bien contundentes . Nos introducimos por un pasillo lateral , nunca ingresamos a alguna dependencia de la nave . Pasamos por una zona vidriada que permitía ver al interior , donde había muchos asiáticos sentados y comiendo alegremente . Lo que sigue es dantesco , difícil de relatar . Seguimos por el pasillo hasta alcanzar una puerta metálica sin ventana ni ventilación . Se veía un hilo de sangre que salía desde el interior . Ingresamos a una habitación muy oscura , como si fuese una celda de castigo , sin ningún mobiliario , a excepción de una camilla metálica con una colchoneta . Sobre la camilla , una persona asiática inconsciente , la cabeza cubierta de toallas , impregnadas de sangre , que pasó a través de la colchoneta y siguió cayendo al piso , llegando hasta el pasillo . No había nadie más en la habitación cuidando al enfermo durante todo el rato que demoró nuestro desembarco . Al sacar las toallas , vi una herida de unos 10 cm en la región parietal , con una gran fractura de cráneo . Alumbramos con una linterna los huesos separados por un centímetro . Ya no sangraba . Estaba en shock y prácticamente muerto . ¿ Habría sido producto de un accidente del trabajo o de una agresión ? Nunca lo sabremos . No hay nada más que hacer , no traje nada y al Enfermero del navío no le entiendo . Me surgió un sentimiento de vulnerabilidad y frustración impresionante . Sentía que me tenía que ir de ahí . “ Hay que llevarlo al Hospital lo más rápido posible ”. Bajar del buque resultó fácil , ya que solo debía dejarse caer cuando la lancha con el oleaje subía . Nunca supe como bajaron al enfermo . En el intertanto me comunico con el Capitán de Puerto para pedirle que hable con mi colega y amigo , Poncho , egresado de la Universidad Austral , con una sólida formación quirúrgica , envidiable . Un Hospital pequeño como el nuestro , no tenía Banco de Sangre , pero ante las emergencias , la Comunidad era extremadamente colaboradora , pues siempre teníamos dadores suficientes . Le pedí que con el tecnólogo médico , Barría , ubicara a 4 dadores de sangre universales que teníamos registrados en el Hospital . El viaje de vuelta fue inexplicablemente muy corto , quizá teníamos marea favorable . Ya en el Hospital , iniciábamos una transfusión rápida , incluso apretábamos con las dos manos la Bolsa de Sangre para que entrara más rápido . Mientras hacíamos eso , le pregunto a mi amigo Poncho ¿ Qué vamos a hacer ahora ? Contesta lacónicamente y con mucha seriedad : lo que haría cualquier neurocirujano pues , un aseo quirúrgico y sutura , ¿ qué más ? Todo era muy obvio , así que procedimos y apenas terminamos , lo derivamos en Ambulancia a Neurocirugía en Valdivia , a 469 Km . Recordar que hay que cruzar el canal de Chacao , y eran las dos de la madrugada . Cuando salí de Pabellón , estaba muy excitado , imposible dormir , así que me fui al muelle a mirar el mar , en lo que las luces de la costanera permitían ver el cielo estrellado , con solo una leve brisa . La vida tiene tantas sorpresas , en unas pocas horas ver la diferencia de dos mundos , culturas de comportamiento tan aberrantes , seres humanos que trabajan en condiciones de injusticia , donde los derechos básicos no son respetados . El día siguiente , muy temprano , recibimos un radiograma que decía : el paciente despertó antes de llegar a Valdivia .