Vida Médica Volumen 74 N°1 2022 N° 1 | Page 41

VIDAMÉDICA / ENTREVISTA { 41
haber terminado aún su etapa escolar , ya comenzaba a destacarse por sus primeras investigaciones . Como vivía apenas a unos pasos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile , comenzó a asistir a actividades académicas para desarrollar sus capacidades científicas y fue así como decidió estudiar medicina . “ Me gustaba la investigación científica biológica y la medicina era la carrera que me daba la mejor formación para eso . Me interesaba aportar conocimiento nuevo para la medicina y que le sirviera a la población del país ”, recuerda sobre esa época . En septiembre próximo , el doctor Tchernitchin cumplirá 80 años y ya lleva más de medio siglo desde que inició el camino profesional que lo llevó a dedicarse de forma permanente a la toxicología . Gracias a eso , que se ha convertido en un emblema de la lucha contra los impactos y efectos en el ser humano de la contaminación y los usos de sustancias o elementos nocivos para la salud , ayudando a limitarlos , a generar normativas para evitarlos e incluso , a frenar proyectos que fueran contra el bienestar de la ciudadanía . Por todo esto , durante su destacada trayectoria , ha recibido diversos galardones , entre ellos , el Premio Nacional de Derechos Humanos 2014 . En noviembre pasado el Consejo Nacional definió otorgarle la máxima distinción que entrega anualmente el Colegio Médico de Chile : la Condecoración de Honor de la Orden Médica . Fue precisamente en la institución en la que ha dejado una huella imborrable . Durante décadas lideró el Departamento de Medio Ambiente de la Orden , llevando adelante investigaciones para ser una voz fuerte que permitiera frenar abusos ambientales a lo largo de todo el país , como en el caso de las intoxicaciones masivas en Quintero - Puchuncaví ; por la contaminación con Arsénico de Antofagasta producto de los movimientos mineros ; por los daños en el Río Maipo o en el agua en Coyhaique , por nombrar algunos ejemplos .

Andrei Tchernitchin recibió , cuando apenas era un niño durante la década de los cuarenta , un regalo que lo marcaría por el resto de su vida . No recuerda con exactitud la fecha , pero sabe que no superaba los 5 ó 6 años de edad . Su padre llegó a su casa de la comuna de Independencia con un microscopio de juguete , que sería un ingenuo anticipo de lo que sería su prolífica carrera que lo ha transformado en un ícono en la investigación científica medioambiental en Chile . “ Mi padre quería ser biólogo , pero no pudo , porque cuando debía empezar a estudiar debió huir de Rusia cuando empezó la revolución y residió en un par de países de Europa . Cuando estaba por iniciar la Segunda Guerra Mundial , buscó un lugar en el mundo en el que mantenerse lejos del conflicto y así fue como llegó mi familia a Chile ”, explica . Una década después de recibir el significativo obsequio , y sin

¿ Cómo decidió estudiar medicina ? MI historia partió un poco distinta . De niño me interesaba la biología y estudiar cosas con el microscopio . Estaba en el liceo , en tercero de humanidades de la época cuando comencé a mirar granos de polen y empecé a realizar investigaciones . Empecé a ir a la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile porque me quedaba a dos cuadras y ahí me recibieron varios colegas que me permitieron usar el laboratorio . Tenía 14 ó 15 años y con la ayuda de varios médicos hice mi primer trabajo antes de los 18 años . Salió publicado justo el año que ingresé a estudiar , en 1961 .
¿ Cuándo comenzó su interés por vincular la investigación con el medio ambiente ? El doctor Jaime Ciper vio que manejaba muy bien las técnicas , me sugirió que hiciera algo de biología con tejidos humanos y , entonces , fui su ayudante-alumno . Salió el primer