VIDAMÉDICA / EDITORIAL { 3
EDITORIAL
Coronavirus: Desafíos y oportunidades
El Coronavirus ha puesto a prueba a los sistemas sanitarios
de todo el mundo. En Chile, la pandemia nos encontró en
un momento social complejo, tras un estallido social, con
una ciudadanía movilizada, autoridades e instituciones con bajos
niveles de confianza y un proceso constituyente en marcha.
Frente a este escenario y comprendiendo la gravedad de la amenaza,
como Colegio Médico manifestamos desde el día uno nuestra
disposición a trabajar en conjunto para enfrentar esta crisis y
solicitamos insistentemente al Gobierno la participación más directa
de personas con experiencia en pandemias, entendiendo la
importancia de que las decisiones políticas contaran con un respaldo
técnico de consenso con la comunidad médica y científica.
El 11 de marzo -8 días después del primer caso reportado en el
país-, el Presidente formó un comité asesor de expertos compuesto
por funcionarios de salud pública y académicos. El 14
de marzo, se declaró la fase 3 y desde el Colegio Médico, junto
a alcaldes de todos los sectores políticos, comenzamos a exigir
un curso de acción más drástico. Las universidades decidieron
cancelar las clases presenciales, a lo que se sumaron algunos
colegios y municipios, hasta que la autoridad optó por suspenderlas
de forma oficial a nivel nacional.
El 16 de marzo se declaró fase 4 y se anunciaron algunas medidas.
No obstante, los alcaldes fueron un paso más allá, cancelando
eventos, cerrando centros comerciales y declarando
cuarentenas preventivas. Desde el Colegio Médico, comenzamos
a reunirnos con organizaciones de todo el espectro para
hacer ver la necesidad de postergar la fecha del plebiscito, y
con representantes del mundo social para hacer un llamado
a evitar nuevas manifestaciones públicas. Tanto la comunidad
médica como otros actores, insistimos en llamado a quedarse
en casa y a presionar por el cierre de la ciudad de Santiago y
una cuarentena obligatoria, que fuera viable de cumplir, asegurando
ingresos básicos a los hogares, mientras se lograba
montar la capacidad para testear, aislar y trazar.
El 18 de marzo, el Gobierno, finalmente, declaró estado de
emergencia y el Ministro del Interior convocó a un comité de
distintas áreas, desde alcaldes, rectores de universidades, exministros
y el Colegio Médico en la “Mesa Social COVID-19”,
donde dos veces por semana, nuestro Colegio entrega detallados
informes con propuestas trabajadas en conjunto con las
Sociedades Científicas, para mejorar la respuesta del país frente
a la pandemia. Se impuso el toque de queda nacional y se
han ido decretando cuarentenas en distintas comunas del país,
cordones y aduanas sanitarias, para disminuir la circulación
de personas y el mantener distanciamiento físico.
A nivel interno, también tomamos definiciones para proteger la
salud de nuestros colaboradores y colegiados. Tempranamente,
optamos por implementar la modalidad de teletrabajo y suspender
la atención a público en la sede de nuestro Consejo Nacional,
lo cual fue replicado también por nuestros regionales y Club
Médico. Además, postergamos el envío de nuestra Revista Vida
Médica, para enfocar en medios digitales la comunicación hacia
nuestros colegiados. Por esto, junto a esta edición se acompaña
el número de marzo, donde rendimos cuenta de la gestión de
esta Mesa Directiva Nacional en nuestro periodo.
El Gobierno ha ido tomando iniciativas que, sumadas a la conciencia
de la mayor parte de la ciudadanía, permitieron un
escenario inicial “controlado” en la mayoría de las regiones, a
excepción de Magallanes, Araucanía y Los Lagos, que tuvieron
una enorme demanda. La primera quincena de abril, en un escenario
de cierta estabilidad, autoridades nacionales y gremios
empresariales hicieron llamados a una “nueva normalidad” con
el llamado “retorno seguro” que incluía la apertura de comercio,
funcionarios públicos con trabajo presencial y un posible
retorno a clases hacia fines de abril.
Desde el Colegio Médico, en coincidencia con la mayoría de
las sociedades científicas, insistimos en un llamado a la prudencia,
evitando relajar medidas. Teníamos claro que un paso
en falso podría acelerar la transmisión y costar miles de vidas.
Lamentablemente, a fines de abril, estas advertencias se hicieron
realidad. Atendiendo a eso, convocamos un diverso grupo
de destacados economistas, para pensar políticas públicas que
permitieran a la población cumplir efectivamente las cuarentenas.
La propuesta de ese equipo de economistas, como todas
las que hemos presentado a las autoridades desde el inicio de
la pandemia, están disponibles en los repositorios públicos del
Colegio Médico y la Mesa Social Covid-19.
Escribo estas líneas el 27 de mayo, cuando nos encontramos en
un nivel de colapso asistencial en la Región Metropolitana, de
Antofagasta y Tarapacá que limita al mínimo las atenciones no
COVID y mantiene a los equipos clínicos sin respiro.
Sabemos que seguirán días muy duros, donde el alza de contagios
y casos críticos mantendrá tensionada al máximo a una
red pública que, pese a su sobrecarga y precaria condición,
ha demostrado una enorme capacidad de atención, siendo un
de orgullo para todo el país. Mantenemos la esperanza de que
estemos aprendiendo duramente lecciones importantes para
el futuro de Chile y en la construcción de un amplio consenso
para transformar la salud pública en Chile, basado en los principios
de la Seguridad Social.
El sueño de una reforma que nos lleve a un Sistema de Salud
Nacional donde todos contribuyamos de acuerdo a nuestras
posibilidades y recibamos prestaciones de acuerdo a nuestra
necesidad, hoy está más presente que nunca. Éste será un desafío
central para un Chile mejor y más solidario una vez superada
la pandemia.
DRA. IZKIA SICHES PASTÉN
Presidenta
Colegio Médico de Chile