VIDAMÉDICA / ESPECIAL COVID-19 { 7
mediante un cuestionario voluntario. Finalmente, el 3 de marzo
se confirmó el primer caso importado en Chile, por lo que
comenzaban a requerirse medidas más estrictas para evitar
llegar a las peores proyecciones.
Esta amenaza llegó en un contexto social complejo, después de
un estallido social que había reventado la burbuja del “oasis de
Latinoamérica”, con una ciudadanía movilizada, autoridades
e instituciones con baja aprobación, un plebiscito para definir
una nueva Constitución agendado para el 26 de abril, y los temores
de una reactivación de las protestas en el mes de marzo.
Comprendiendo este difícil escenario, en el que la autoridad
debía comenzar a tomar medidas drásticas y de alto impacto
en la cotidianeidad de las personas, el Colegio Médico de inmediato
se puso a disposición de la autoridad para colaborar y
les solicitó apoyarse en un grupo de expertos con conocimiento
en pandemias, que dieran un respaldo técnico a sus decisiones,
tanto ante la ciudadanía como la comunidad médica y
científica. “Esto era de gran relevancia, considerando que, de
acuerdo a la experiencia internacional, nuestro país iba a tener
que empezar a tomar medidas cada vez más restrictivas, que
para muchos podían ser vistas como una manera de acallar el
movimiento social”, comenta la presidenta del Colegio Médico,
Dra. Izkia Siches.
Foto: Archivo Presidencia de la República.
Reunión Mesa Social COVID-19 del 5 de Mayo de 2020.
La pandemia por COVID-19 ha golpeado con fuerza desde
países pequeños a las más grandes potencias. Un
virus desconocido, con un gran potencial de contagiosidad
y letalidad, del cual la comunidad científica y el mundo
entero siguen aprendiendo día a día, a punta de dolorosas lecciones
que han costado miles de vidas en todo el planeta. Los
gobiernos se han visto forzados a tomar decisiones drásticas
de aislamiento social, para evitar la mayor propagación del
mismo y el colapso de la red sanitaria, pues con la experiencia
de Italia y España quedó en evidencia que la toma tardía de
estas medidas podía disparar la transmisión, elevando así la
cantidad de personas con cuadros graves y fallecimientos.
La globalización y la rápida expansión desde China -donde
se originó el brote- hacia otros países, hacían preveer que era
cosa de tiempo que el virus llegara al país, por lo que se comenzaron
a tomar medidas para reforzar la red y vigilar el ingreso
de viajeros, aunque de manera bastante laxa en un principio,
PRIMERAS MEDIDAS
En enero, el Ministerio de Salud emitió alertas sobre COVID-19
a los departamentos de aduanas e inmigración para que detectaran
los casos entrantes mediante un cuestionario voluntario,
pero hubo muchos reportes de que este control no estaba
siendo eficiente. Luego, el 2 de marzo se comenzó a exigir una
declaración jurada obligatoria a todas las personas que ingresaran
desde países afectados, no obstante, la cuarentena era
opcional en un inicio y los controles a los viajeros fueron débiles
y poco sistemáticos. A fines de febrero se decretó Alerta
Sanitaria, lo que permitía disponer de más recursos económicos
y humanos para preparar la red asistencial.
El 11 de marzo, la OMS declaró este brote como “pandemia”.
Ese mismo día, el Presidente de la República convocó a un
comité asesor de expertos compuesto por destacados epidemiólogos,
salubristas y académicos, nombres que daban tranquilidad
y fueron bien recibidos en la comunidad médica.
El 14 de marzo, se declaró la fase 3 y el día 16, fase 4. Ese
día, el Gobierno anunció una serie de medidas para contener
la propagación del virus y reforzar la red asistencial. También,
la Presidenta de la Orden participó en una reunión con el Jefe
de Estado y ex ministros de salud en La Moneda, para abordar
la crisis. En la oportunidad, se presentó una propuesta de trabajo
para enfrentar la crisis sanitaria COVID-19, que abordaba
al menos 15 áreas que se consideraban necesarias para el enfrentamiento
de la pandemia y se solicitó contar con informes
epidemiológicos mucho más claros y completos. Asimismo,
se hizo un llamado a la ciudadanía a evitar todo lo que fuera
posible: misas, reuniones sociales, salidas al mall; y a los empleadores
a implementar medidas de trabajo a distancia. La
Dra. Siches recuerda que en esa primera reunión “le dijimos al
Gobierno que necesitábamos una comunicación mucho más de