78 } VIDAMÉDICA / HISTORIA DE LA MEDICINA
Historia de la Medicina
DESTINO DE LOS INDÍGENAS
DE LA PATAGONIA
Dra. Carmen Noziglia, Profesora de Historia de la Medicina, Universidad de Valparaíso
Indios Onas llevados a París por Maitre en 1889
E
n los últimos años ha tomado fuerza una corriente que
aboga por repatriar los restos mortales de los habitan-
tes de los pueblos indígenas que, por diferentes moti-
vos, fueron llevados a tierras lejanas y fallecieron lejos de sus
lugares de origen.
Osamentas, objetos y documentos de las cuatro etnias de la
Patagonia, tehuelches, onas y canoeros alacalufes y yaganes
se encuentran en diversos museos de Europa. Los museos
Británico y el de Historia Natural de Londres, por ejemplo, po-
seen huesos de habitantes fueguinos que les hicieran llegar
diferentes viajeros, miembros de expediciones científicas, mi-
sioneros y navegantes.
En 1830 Fitzroy, al mando del velero Beagle, embarcó a cua-
tro canoeros, conocidos con los nombres de Fueguia Basket,
Jemmy Button, York Minster y Boat Memory, con la intención
de educarlos en Inglaterra con la esperanza de que, a su regre-
so, llevaran consigo la civilización. A poco de llegar al Reino
Unido, York Minster contrajo la viruela y falleció en el Hospital
Naval de Plymouth, que lo sepultó en un cementerio local. Los
otros tres fueron vacunados y enviados al colegio. Al año si-
guiente Fitzroy, esta vez acompañado por Charles Darwin, lle-
vó de regreso a los tres jóvenes a Wulaia, en la isla Navarino.
Darwin llevó a Inglaterra variados huesos, donando algunos
de ellos al curador del Hunterian Museum del College of
Surgeons de Londres. Fueron entregados también los cuerpos
de un fueguino conservado en vinagre y de dos cuyas autopsia
habían sido realizadas por el cirujano del barco.
En 1865 el obispo Stirling llevó, por dos años, a estudiar a
Inglaterra a cuatro yaganes, uno de los cuales falleció de tu-
berculosis durante el viaje de regreso.
También hubo indígenas raptados para ser exhibidos en zoo-
lógicos humanos. En su mayor parte, fallecieron por mala ali-
mentación y enfermedades como tuberculosis, sarampión y
sífilis. En la Exposición Universal de París de 1889, en el llama-
do “Jardín de Aclimatación” fue expuesto un grupo de tehuel-
ches. Solo unos pocos lograron ser rescatados y regresados a
sus lugares de procedencias.
Tanto misiones anglicanas como católicas se instalaron entre
los nativos. Lucas Bridge, nacido en la misión de Ushuaia en
1874, describe en El último confín de la tierra su vida entre ya-
ganes, alacalufes y onas, narrando la epidemia de sarampión
que en 1884 mató números indígenas.
Los Salesianos fundaron misiones en la isla Dawson y en Río
Grande, Argentina, recibiendo a canoeros y a onas. Cuando,
debido a la tremenda mortandad, en la misión de Dawson solo
quedaban 25 indígenas, éstos fueron trasladados a la misión
de Río Grande.
Su extinción se debió a una sumatoria de causas: enfermeda-
des infecto-contagiosas que no conocían y que adquirieron al
ponerse en contacto con la civilización occidental; el problema
se agravó involuntariamente al asilarse en misiones, donde se
transformaban en epidemias. Muchos fallecieron por agresio-
nes de empleados de sociedades pastoriles, mineros, explorado-
res, militares argentinos, balleneros, loberos y nutrieros. Hubo
también luchas territoriales intra-étnicas por la reducción del
espacio disponible para la crianza de ovejas. Finalmente, una
parte de la responsabilidad la comparte el consumo de alcohol.
La tragedia de la extinción de los indígenas del extremo aus-
tral nos invita a realizar una amplia reflexión acerca de las
interacciones que se producen al entrar en contacto diversos
grupos humanos.
FE DE ERRATAS
El N°1, Vol. 71, abril 2019 de la Revista Vida Médica, en el artículo titulado "Fray Andresito, médico con la ayuda de Dios",
del Dr. Eduardo Medina Cárdenas (pp. 77), en el párrafo 4, línea 3, se ocupó el concepto “medicina tradicional” en tanto que
el original indicaba “medicina docta”, por lo que la frase correcta es: “Variados testimonios contemporáneos suyos acreditan
que sanó a numerosas personas, algunas incluso desahuciadas por la medicina docta de esa época”.
Se ofrece una disculpa al autor y a los lectores por la inconveniencia que lo anterior pudo haber causado.