Vida Médica Volumen 71 N°1 - 2019 | Page 39

ESPECIAL ERROR MÉDICO Unido 10,8% (Vincent, 2001) y Suecia 12,3% (Soop, 2009). Los disímiles resultados pueden deberse a las diferencias que pre- sentan los estudios, en sus objetivos, metodología y principalmen- te a las características de la población, como también a la cultura de notificación de EA incorporada en ellos. Estas diferencias de- ben ser consideradas al momento de hacer comparaciones entre ellos. ¿Cuál fue el impacto del estudio y en qué sentido aportó a algunas políticas concretas al interior de los recintos de salud chilenos? No tengo información para responder a esta pregunta, ya que no se realizó estudios para medir su impacto. ¿Cómo se está trabajando hoy en la medición y aprendizaje de los eventos adversos? Hoy tenemos vigente la Garantía de Calidad, que otorga presta- ciones de salud garantizadas por un prestador registrado o acre- ditado de acuerdo a la ley Nª 19.937 (Autoridad Sanitaria). Es así como, los prestadores que otorgan prestaciones GES deben estar acreditados. En la característica Gestión Clínica (GCL) del ma- nual y de la pauta de cotejo de acreditación, tanto de atención abierta o cerrada se solicita que el prestador institucional cuente con programas para prevenir y vigilar la ocurrencia de eventos adversos asociados a la atención de los pacientes, en procesos quirúrgicos y asistenciales, y se realice vigilancia de los eventos adversos asociados a la atención. La normativa ministerial solicita que “la actividad local sobre reporte y manejo de eventos adversos y eventos centinela será resumida para su incorporación en la memoria anual del estable- cimiento junto con otras actividades para la calidad y seguridad de la atención. Esta información deberá estar disponible para ser enviada al Ministerio de Salud cada vez que se requiera”. Al respecto se desconoce si esta información está disponible en el MINSAL. Las actividades de vigilancia y reporte de EA de los prestadores permite conocer qué situaciones son las más frecuentes y cuáles son las más importantes y su análisis aporta en el cómo evitar que vuelvan a ocurrir. La protocolización participativa de procesos re- levantes en temas de calidad y seguridad de pacientes, se espera que aporte en la disminución de los errores en materia de seguri- dad, evitando los EA y el daño que estos provocan. La Superintendencia de Salud, en agosto del 2017, entregó un boletín con resultados de una Encuesta Nacional de Sistema de Notificación y Registro de Eventos Adversos en Prestadores de Atención Abierta, principalmente de baja complejidad, tanto pú- blicos como privados, en el cual indica que de 326 centros encues- tados, un 68% implementa dicho sistema en los últimos tres años y en sólo un 9% la notificación es anónima. ¿Existen barreras que impiden transparentar los errores médicos y los eventos adversos? Una gran barrera es la falta de cultura de seguridad. Una cultura de seguridad construida con la comunidad a la que se le ofrece la atención. Una cultura de seguridad que no sea punitiva, que incluya valores, normas de relación, costumbres, opiniones, un marco legal, etc. que genere confianza entre los directivos y los integrantes del equipo de salud y de estos con los pacientes, sus familias y la comunidad en general. Que permita prevenir y/o 39 minimizar la ocurrencia de eventos adversos y mejorar la capa- cidad de respuesta cuando estos ya se produjeron, para lo cual es fundamental el trabajo en equipo, la confianza, la humanización y el reconocimiento de los derechos de las personas. Lo anterior debe avanzar en conjunto con el mejoramiento de la calidad técni- ca y el acceso a recursos humanos, recursos físicos, equipamiento, infraestructura, insumos, medicamentos, etc. que permita entre- gar una atención de calidad y con seguridad. El estudio se realizó el 2009, ¿qué sabemos hoy en Chile sobre cifras de EM y EA y por qué debería ser importante saber qué ha pasado luego de diez años? En Chile posterior al año 2009, se han realizado un par de estu- dios sobre eventos adversos a nivel de establecimientos privados de atención en salud. El primero (Lancis- Sepúlveda ML, Asenjo- Araya C, 2014) logra identificar una prevalencia de EA del 6,2%, considerándose evitable el 67,6%. Los procesos asociados a estos EA fueron: cuidados 32,4%, procedimientos 32,4%, medicación 13,5%, infecciones nosocomiales 10,8% y diagnóstico 8,1%. Los servicios con mayor tasa por cada 100 altas fueron: unidad de pa- cientes críticos (21,4), obstetricia y ginecología (7) y médico qui- rúrgico (6). Otro estudio evalúa el proceso de implementación de un Programa de Vigilancia de EA de un hospital privado, evidencian- do que hubo una tendencia al alza en la tasa de notificaciones de EA, siendo la administración errónea de medicamentos (58%) y las caídas (58%) las motivaciones principales para desarrollar un análisis causa raíz. Por otro lado, el 43,8% de las causas identifica- das se asociaron a factores individuales y sólo en un 15,7%, como factores institucionales. (Alvaro Lefio, Nelly Alvarado (2011). Sería muy importante conocer cifras luego de diez años, princi- palmente porque la población se ha ido envejeciendo y ya en el estudio nacional se observó que un 17,9% de los pacientes eran mayores de 65 años (n=998), y el 11,3% de estos pacientes pre- sentaron EA, a diferencia de los menores de 65 años, en que los pacientes presentaron EA en un 5,7% (p< 0,001). Otros aspectos que hacen importante la actualización de estos temas, es la legislación vigente, y el mayor conocimiento y empo- deramiento de los equipos de salud y de los usuarios en los temas de calidad y seguridad del paciente. ¿Quisiera agregar algo que considere importante para aumen- tar la conciencia de la importancia de reportar los incidentes en los recintos hospitalarios? Destacar que en el estudio nacional, más del 80% de los even- tos adversos detectados eran potencialmente evitables. Si se considera que la atención de salud es brindada por un equipo de profesionales, también se espera que el equipo en su con- junto, participe en vigilar y/o evitar que se llegue a producir el evento adverso; ya que finalmente no solo el paciente y su familia se verán afectados sino también todo el equipo de salud involucrado y la institución. Las respuestas de esta entrevista no reflejan necesariamen- te las opiniones del Ministerio de Salud ni de la World Health Organization (WHO). Parte del estudio puede encontrarse en www.pacienteseguro.cl. Dr. Lucian Leape (Harvard) concluye que la salud se encuentra en la zona de peligro, junto con el puenting y el montañismo. Aerolíneas y energía son más seguras.