Vida Médica Volumen 71 N°1 - 2019 | Page 38

38 FalmedEduca Entrevista a Nancy Álvarez, investigadora principal del “Estudio Nacional de Incidencia de Eventos Adversos en Hospitales Públicos, 2009” “SE NECESITA UNA CULTURA DE SEGURIDAD CONSTRUIDA CON LA COMUNIDAD” Por Mariela Fu R. L a principal investigación sobre even- tos adversos (EA) en Chile, con una muestra representativa de 32 hos- pitales, reportó una incidencia en el sistema público de 6.7%, cifra menor a otros países latinoamericanos y a España. Sin embargo, dio cuenta que más del 80% eran potencial- mente evitables. Financiado por la World Health Organization (WHO), World Alliance for Patient Safety-Small Research Grants de la OMS, con el apoyo administrativo del Ministerio de Salud de Chile y la colaboración del Departamento de Salud Pública de la Universidad Miguel Hernández, España, fue dirigido por Nancy Álvarez Ortiz, doctorada (PhD) en Salud Pública, con una larga trayectoria como profesional a cargo de sistemas de gestión de calidad, quien explicó espe- cialmente para esta edición especial los principales resultados del estudio, contrastando datos con otras investigaciones in- ternacionales y destacando la necesidad de reconocer los de- rechos en salud para avanzar hacia una cultura de seguridad que minimice los eventos adversos. ¿Con qué objetivo se realizó la investigación en 2009 y cuáles fueron los hallazgos que considera más relevantes para lo que sabe en Chile sobre EA? El objetivo del estudio fue determinar la incidencia, la evita- bilidad y el impacto de los eventos adversos en los hospitales públicos de Chile. Considerando el alcance nacional, el muestreo fue estratificado por complejidad hospitalaria y por ubicación geográfica (norte, centro y sur), hasta completar el tamaño muestral requerido. El tamaño final de la muestra fue de 5.706 pacientes de 32 hospi- tales públicos. Los hallazgos más relevantes fueron la incidencia de EA rela- cionado con la asistencia sanitaria de 6,7% (380/5.706, IC95% 6,0 - 7,3). En pacientes con EA relacionado directamente con la asistencia hospitalaria (excepto los provenientes de la atención primaria y de consultas especializadas en pacientes no hospi- talizado) fue de 6,1% (350/5.706, IC95% 5,5 - 6,8). Cabe destacar que estos eventos adversos estaban registrados en las historias clínicas. Se observaron diferencias significativas de los eventos adver- sos al analizar la muestra en mayores y menores de 65 años. De los 380 pacientes con EA, algunos de ellos presentaron más de un evento ad- verso, estando más de un 50% de ellos relacionados con los procedimientos o con infecciones relacionadas con la asis- tencia sanitaria. Otros eventos se aso- ciaban al diagnóstico, los cuidados, y la medicación. Los EA que provocaron un aumento de la estancia hospitalaria alcanzaron un 38,6%, precisaron pruebas diagnósticas adicionales un 45,9% y un 60,4% tratamientos adicionales. De los 5.706 pacientes estudiados, en 24 (0,4%) se produjo fa- llecimiento, de los cuales 15 (62,5%) eran pacientes con EA y 9 (37,5%) en pacientes sin EA (p-<0,001). Según la investigación, ¿cómo está situado Chile si se le com- para con otros países? Coincidencias y diferencias en los hallazgos. El estudio chileno presentó una incidencia menor al Estudio Iberoamericano de Eventos Adversos IBEAS (Aranaz-Andrés et al, 2011), que incluyó a Argentina, Costa Rica, México, Colombia, Perú, en el cual se observó una prevalencia de pa- cientes con EA de 10,5% y una incidencia de 19,8%, en una muestra del 10% de los pacientes estudiados en el corte de prevalencia. Por otra parte, observamos similitud con la incidencia encon- trada en el estudio realizado en 3 hospitales del Estado de Río de Janeiro en Brasil de 7,6%; siendo los EA quirúrgicos los más frecuentes (35,2%). La proporción global de EA evitables fue del 66,7% (Mendes, 2009) y ligeramente mayor a la publicada en el estudio realizado en Colombia, en una cohorte prospecti- va de pacientes hospitalizados en 3 instituciones hospitalarias, detectaron una incidencia acumulada de 4,6% (IC95% 4,1-5,1) durante la hospitalización (Hernando Gaitán-Duarte, 2006). El 61% de los EA era evitable. El 1,3% de los EA provocaba inca- pacidad permanente y una mortalidad del 6,4%. Comparando nuestros resultados con otros estudios realizados fuera de América Latina, la incidencia encontrada es semejante a la publicada en Francia 6,6 (Michel, 2005), en Holanda 5,7% (Zegers, 2009), en Canadá 7,5% (Baker, 2004) y menor a las pu- blicadas, en España 9,3% (Aranaz, 2008), en Australia 16,6% (Wilson, 1995), en Nueva Zelanda 11,2% (Davis, 2002), en Reino Un evento adverso puede ser no prevenible, por la evolución de la enfermedad o producto de la condición propia del paciente.