Vida Médica Volumen 71 N°1 - 2019 | Page 34

34 FalmedEduca ¿DE QUÉ HABLAMOS CUANDO HABLAMOS DE ERROR MÉDICO? Eventos adversos, centinela, negligencias o incidentes en la seguridad. Fuera del mundo médico, estos conceptos suelen usarse como sinónimos, cuando lo cierto es que saber distinguirlos hace una gran diferencia entre promover o no una correcta seguridad en la hospitalización de los pacientes y gestionar el riesgo en salud. Por Marcela Barros M. y Mariela Fu R. P robablemente Hipócrates jamás vislumbró exámenes de imagenología de alta gama, cirugías de extrema gravedad con resultados exitosos, diagnósticos graves con positivas consecuencias, tratamientos y procesos de rehabilitación sorpren- dentes. El avance de la ciencia y la capacidad del ser humano de ponerla en marcha a quienes ejercen la medicina no tienen lími- te. Sin embargo, los miles de logros médicos no están exentos de eventos adversos, de riesgos inherentes a una intervención o pro- cedimiento que a veces cambian el curso de lo esperado y llevan a quien ejerce la medicina a enfrentarse a un paciente o familiares disconformes, a investigaciones administrativas, juicios e incluso al escarnio público. La medicina es una profesión de riesgo. Quien la ejerce cada día se enfrenta a un nuevo desafío. Ni el más célebre profesional, ni el más prestigioso centro médico están exentos de un posible error, negligencia o evento adverso. Aunque se adopten las providen- cias que amerite el caso, han ocurrido, ocurren a diario y seguirán ocurriendo. Ante la ley “la negligencia constituye un hecho (acto u omisión) contrario a la buena práctica médica y que puede consistir en una negligencia propiamente tal, una imprudencia o una impericia. El error, es defecto susceptible de ocurrir en la aplicación de métodos, técnicas o procedimientos en las distintas fases de la actuación del médico, y por ende no constituye necesariamente una negligencia”, explica el abogado jefe de Falmed, Juan Carlos Bello, agregando que “como todo acto médico está centrado en el paciente y su bienestar, el primer dilema que enfrenta un médico ante un error es y debe ser cómo corregirlo oportunamente y tratar de que ese error no conlleve consecuencias perniciosas para su paciente”, enfatiza. médico puede asegurar la precisión de su diagnóstico ni garantizar la curación del paciente. (Ver Tabla 2). Era 1999 cuando el Instituto de Medicina (IOM por sus siglas en inglés) de la Academia Nacional de Ciencias, Ingeniería y Medicina de Estados Unidos, puso el foco en la importancia del error médico, dándole una definición y colocando en la discusión la necesidad de prevenirlos, detectarlos, revelarlos al paciente y reportarlos. El in- forme “To Err is Human: Building a Safer Health System”, definió el error médico como “la falla de una acción planeada en completarse como se pretendía, o la aplicación de un plan equivocado para al- canzar un objetivo”. Diez años más tarde, la Organización Mundial de la Salud publi- có un marco conceptual de la clasificación internacional para la seguridad del paciente, buscando una nomenclatura común que permitiera comparar la información de distintos ámbitos, países y regiones. Este documento conocido como “Marco Conceptual de la Clasificación Internacional para la Seguridad del Paciente” define cualquier incidente relacionado con la seguridad de éste como “un evento o circunstancia que podría haber ocasionado u ocasionó un daño innecesario a un paciente”. De este modo, se considera que mientras el error es, por definición, siempre involuntario, se defi- ne como el hecho de no llevar a cabo una acción prevista según se pretendía o de aplicar un plan incorrecto. Y mientras los incidentes pueden o no provocar un daño a los pacientes, los que generan daño se les conoce como eventos adversos (EA). El error en la atención sanitaria es probablemente el mayor cau- sante de EA o consecuencias indeseadas del proceso de atención médica, muy por encima de la mala práctica (MP) o las condiciones del paciente, por lo que debiera ponérsele la mayor atención. CONSECUENCIAS DE LOS ERRORES MÉDICOS Los equipos de salud son tan amplios como diversos, abarcan des- de el ámbito médico propiamente tal, como de enfermería, personal administrativo, apoyo técnico, arsenaleros/as. El referirse a los erro- res médicos, abarca un evento que pudo ocurrir en cualquier área del equipo o en el proceso asistencial. El Código de Ética del Colegio Médico de Chile es claro en recal- car que no son sinónimos de negligencia el diagnóstico erróneo y el fracaso del tratamiento o de cualquiera acción médica. Ningún ¿QUÉ DICEN LAS ESTADÍSTICAS SOBRE EA? Los reportes internacionales han mostrado no sólo que los even- tos adversos ocurren en cantidades importantes, sino además que muchos de ellos son prevenibles. Por ejemplo, el reporte del IOM, señaló que en Estados Unidos ocurren más de 1 millón de EA pre- venibles cada año, de los cuales aproximadamente 100.000 causa- rían daños graves en los pacientes, y entre 48.000 y 98.000 muertes podrían haber sido a causa de errores. Según estas cifras, hay más muertes por eventos adversos que por accidentes vehiculares, Según el Código de Ética, constituye una falta criticar con terceros, de manera despectiva, las actuaciones profesionales de un colega.