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“Los jóvenes duplicaron el consumo de marihuana entre el año
2001 (15%) y el 2017 (30%). Mientras que la mitad, a los 15 ha
consumido alcohol o una droga”, precisa.
Es imposible separar la salud mental de las
condiciones de vida, de trabajo, de jubilación, de
barrios saludables o de ingresos económicos. Este es
un problema que exige de la sociedad una respuesta
que no puede ser aislada, si no intersectorial. Si no hay
salud mental, no hay salud
Dr. Luis Ibacache.
Encargado de la Comisión de Salud Mental del
Colmed
Para reducir las cifras de prevalencia en la
población general, especialmente en jóvenes y
mujeres se necesitan más recursos. El 2% actual es
insuficiente. La cifra que invirtamos tiene que tener
un control riguroso de cumplimiento de indicadores
Dra. Graciela Rojas.
Directora Hospital Clínico U. de Chile
Una diabetes tiene una buena cobertura,
pero un trastorno bipolar, no. Esa disparidad
queremos que se revierta desde el punto de vista
legislativo, es decir que exista misma cobertura.
No es adecuado separar la naturaleza de las
enfermedades y hacer coberturas diferenciadas
Dr. Matías Irarrázaval.
Jefe del Departamento de Salud Mental del
Ministerio de Salud
DEL 2 AL 5%
Durante el gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet, uno
de los principales focos del trabajo en esta materia estuvo en la
actualización del Plan Nacional de Salud Mental. El desarrollo
de la iniciativa se extendió por cerca de dos años e incluyó
la participación de 1.600 personas de diversos ámbitos, entre
ellos miembros de la academia, de organizaciones sociales y
colegios profesionales.
La ex ministra de salud, doctora Carmen Castillo, fue la en-
cargada de liderar el proceso que terminó con un documento
presentado a fines de 2017. “Había un plan que estaba vigente
desde el año 2000 y había muchas nuevas situaciones en base
a la Encuesta Nacional de Calidad de Vida para revisar cómo
las comunidades estaban enfrentando problemáticas como la
depresión, estrés, ansiedad, el consumo masivo de drogas, el
alcoholismo, qué hacer con las demencias, con los adolescen-
tes con situaciones de vulneración. Había mucho insumo que
se fue trabajando para un plan que fuera importante y un sus-
trato para una futura Ley de Salud Mental, que consideramos
que debe existir”, señala.
Una vez iniciada la administración del Presidente Sebastián
Piñera, comenzó una nueva fase para esta iniciativa, explica
el doctor Irarrázaval. “No hemos hecho cambios, es un plan
que se consensuó, pero viene la etapa de bajarlo a acciones e
indicadores concretos que permitan avanzar con una línea de
tiempo y recursos definidos. Es un desafío, porque hay direc-
trices bastante claras y requiere de una implementación para
ver cómo impacta en la población”.
Una de las principales metas del proyecto, es precisamente uno
de los puntos que se reconoce transversalmente como una ne-
cesidad fundamental para mejorar sustancialmente el sistema:
el incremento desde el 2-2,4% del presupuesto del Ministerio
de Salud destinado este ítem, al 5%.
El encargado de la materia en la secretaría de Estado reconoce
que “en la media de los países de américa, el gasto es del 2%,
pero Chile por su nivel de ingresos medio alto debería tener
5% de la carga económica destinada a ese ítem, eso es el des-
de. Si uno se da cuenta que este tipo de enfermedades causan
un tercio de las incapacidades y causa 20% de discapacidad y
muerte prematura, requiere de un soporte aun mayor”.
Para la doctora Rojas, esta medida es fundamental para atacar
el problema de fondo. “Para reducir las cifras de prevalencia
en la población general, especialmente en jóvenes y mujeres
se necesitan más recursos. El 2% actual es insuficiente. Hoy,
países como Jamaica, Brasil, Uruguay, están mejor que noso-
tros. Además, la cifra que invirtamos tiene que tener un control
riguroso de cumplimiento de indicadores”, señala.
Actualmente, el ejecutivo se encuentra analizando la presenta-
ción de un proyecto de Ley de Salud Mental y otras herramien-
tas para aumentar el presupuesto a los niveles recomendados
internacionalmente.