Vida Médica Volumen 71 N°1 - 2019 | Page 19

VIDAMÉDICA / REPORTAJE { 19 Uno de cada cinco chilenos ha sufrido alguna enfermedad psiquiátrica en el último año. Pese a eso, los recursos destinados por el Estado a ese tipo de patologías son menos de la mitad de lo recomendado por organizaciones internacionales. Un problema silencioso, que se ha tornado un serio peligro, convirtiéndose, incluso, en la segunda causa de muerte entre los más jóvenes. Por Patricio Cofré A. C ada día, son miles de pacientes los que llegan a hospi- tales, clínicas y consultas médicas para preguntar por alguna molestia que va desde dolores de cabeza, aho- gos, bajas de ánimo, brotes alérgicos, tics, ataques de llanto o ira. Muchos de ellos no tienen relación con patologías físicas, sino que son una primera alerta de un riesgo silencioso y que muchas veces cuesta descubrir. Depresión, bipolaridad, esquizofrenia, trastornos de persona- lidad, ansiedad, crisis de pánico, fobias, son solo algunas de las enfermedades de salud mental que se pueden manifestar a través de múltiples síntomas somáticos. En ocasiones, ni el entorno, los profesionales del servicio público o los alcances de cobertura privada logran reconocer estos casos o dar una solución a estos pacientes. Según cifras del Ministerio de Salud, la encuesta de Calidad de Vida del 2017 reveló que el 22% de la población asume haber padecido una de estas patologías y durante 2018, solo en el Programa de Salud Mental, se recibieron cerca de 4,1 millones de consultas. “Es complejo definir lo que es la salud mental. Es imposible se- pararla de las condiciones de vida, trabajo, jubilación, barrios saludables o de ingresos económicos. Es un problema que ex- cede a los psiquiatras, a los médicos e incluso al sistema sani- tario, es un problema que exige de la sociedad una respuesta que no puede ser aislada, si no intersectorial. Si no hay salud mental, no hay salud”, explica el Dr. Luis Ibacache. El psiquiatra y académico de la Universidad de Chile, es el primer encargado de la Comisión de Salud Mental del Colegio Médico, espacio que comenzó su funcionamiento en agosto pasado con el fin de abordar este tema de forma integral, ana- lizar cifras, ser un interlocutor con diversos organismos y ge- nerar propuestas al respecto. Con el profesional, concuerda la doctora Graciela Rojas, psi- quiatra de la Universidad de Chile, primera mujer que ocupa el cargo de Directora del Hospital Clínico de esa casa de estudios y quien lideró el Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina de la misma entidad entre 2002 y 2010. Asegura que “la tremenda inequidad social que tenemos, la violencia en todas sus facetas, el sobreendeudamiento de la población para aumentar su consumo y la educación, que debería entregar herramientas para enfrentar situaciones es- tresantes, no es la mejor. En cualquier descripción que se haga de nuestra sociedad uno se encuentra con condicionantes so- ciales que nos afectan”. ESCENARIO PREOCUPANTE En el último tiempo, han sido recurrentes las noticias en los medios de comunicación y redes sociales sobre suicidios en es- pacios públicos, como centros comerciales o el metro, y sobre la prevalencia de enfermedades como la depresión o la bipo- laridad entre la población nacional, temas de los que antes no solía hablarse con tanta frecuencia. Pese a eso, la doctora Rojas asegura que los estudios indican que las cifras respecto a este tipo de patologías se mantienen estables en las últimas décadas. “Antes de los 90, la salud mental estaba totalmente invisibiliza- da en Chile, no teníamos estudios, ni preocupación, ni planes de salud pública. Las primeras investigaciones de esos años, llegaron a la conclusión de que una de cada cuatro personas que vive en sus casas presenta trastornos, una cifra similar al 25-30% de hoy”, dice. El jefe del Departamento de Salud Mental del Ministerio de Salud, Dr. Matías Irarrázaval, comenta que “efectivamente los datos no muestran un aumento de las enfermedades mentales, tampoco las tasas de suicidios. Las cifras son claras en rela- ción a eso, pero no significa que estamos bien. No es un au- mento de la enfermedad, si no de la necesidad de la población de ser tratada y atendida adecuadamente”. El especialista explica que “en países de ingresos medio-altos de la región, las cifras de Chile son similares o un poco más bajas. Cuando no hacemos la división por grupos, nuestra pre- valencia es un poco más alta”. Pero aunque los números se mantengan relativamente esta- bles, no dejan de ser una señal de alerta que no se puede de- jar pasar. Los reportes más recientes indican que el 6% de las personas tuvo depresión en el último año; que el suicidio es la segunda causa de muerte entre adolescentes; que de las aten- ciones del Programa de Salud Mental del Minsal, 63% fueron a mujeres y de ellas, las que viven en situación de vulnerabilidad tienen entre 5 y 10 veces más de probabilidades de padecer una depresión. Entre los adolescentes, en tanto, se incremen- taron las prestaciones entre 2014 y 2018 en 17,3% en el tramo de 10 a 14 años y en 24,9% en el segmento de 15 a 19. En el caso de los adultos mayores, el 1% sufre de demencia; el 7% de deterioro cognitivo y el 11% de trastornos mentales. La doctora Rojas alerta, además, que el futuro no es auspicio- so, considerando el consumo excesivo de drogas y alcohol en la población, que se asocian significativamente con el desarro- llo de adicciones o patologías mentales.