Vida Médica Volumen 70 N°3 - 2018 | Page 52

52 VIDAMÉDICA / FalmedEduca Dra. Constanza Micolich Departamento de Ética COLMED “Nos enfocamos en que el paciente esté lo más aliviado y tranquilo posible al final de la vida. Se deben especificar las medidas que se limitan. Nunca es todo o nada”. Dra. Guisela Moya Académica de la U. Católica del Maule “La AET apunta a un proceso en que se produce un diálogo entre el médico con su saber y el paciente con su familia y sus valores”. adopta en “forma libre, voluntaria, expresa e informada, para lo cual será necesario que el profesional tratante entregue información adecuada, su- ficiente y comprensible”. El abogado del Departamento Jurídico de Falmed, Ricardo Mella, advierte que el resguardo legal de los médicos que enfrenten esta situación “radi- ca en realizar un óptimo consentimiento informado, tanto con el paciente como con sus familiares y, lógicamente, dejar expresa anotación en la fi- cha clínica tanto de las entrevistas, reuniones clínicas, explicación y deter- minación del paciente de aplicar AET”. La ley es clara en precisar que esta decisión del paciente “en ningún caso el rechazo a tratamientos podrá tener como objetivo la aceleración artificial de la muerte, la realización de prácticas eutanásicas o el auxilio al suicidio”. El artículo 23 del Código de Ética del Colegio Médico aborda el morir dignamente. “Ante la inminencia de una muerte inevitable, es lícito que el médico, en conciencia, tome la decisión de no aplicar tratamientos que procuren únicamente una prolongación precaria y penosa de la existen- cia, debiendo procurar al enfermo los cuidados paliativos inherentes a la dignidad de todo ser humano, hasta el final de sus días”, dice textual el segundo párrafo. También se refiere a la proporcionalidad de los tra- tamientos. En este sentido, la presidenta del Departamento de Ética del Colegio Médico, Dra. Gladys Bórquez, expone que aplicar AET es un tema de praxis médica. Su preocupación radica en “que todavía hay poco cono- cimiento de los médicos respecto de cómo cambiar acciones, revisión de los fines de la medicina y avance biotecnológicos”. Añade que la AET “es una indicación médica más, por lo tanto se ve caso a caso, pero los mé- dicos tienen la idea de que los avances tecnológicos son lo mejor para el paciente y cuesta que se atrevan a limitar. Hay que hacer un gran esfuerzo a nivel de educación de pregrado y posgrado para que sea entendida (la muerte) y no sea considerada un fracaso de la medicina”. FORMACIÓN ACADÉMICA Una opinión similar a la Dra. Bórquez tiene el Dr. Fernando Heredia, quien por más 40 años ha dictado clases de bioética en la Facultad de Medicina de la Universidad de Concepción. “El 90% de los casos que llegan para análisis a los comités de ética son por LET, esto genera dificultades de de- cisión porque los límites de viabilidad no son fáciles. Es muy frecuente la obstinación terapéutica, son limites resbalosos”. Por ello declara que sus alumnos tienen una fuerte formación en bioética: “Contempla tres asig- naturas a lo largo de la carrera: una de generalidades, en segundo año; en cuarto abordan el final de la vida y, en quinto año, el inicio de la vida”. Gran relevancia para abordar estas difíciles situaciones son las habili- dades de comunicación del médico. “No puede haber un médico que no desarrolle competencias de comunicación. Debe adquirir competencias comunicacionales, especialmente enfoque de malas noticias o malos pro- nósticos. Se ha escrito mucho sobre esto. El mensaje a los alumnos es ‘prepárense porque con puros elementos técnicos no van a salir adelante’. Deben saber informar, acompañar, acoger. Esto no es puro tecnicismo. La comunicación en medicina es un factor que no puede no tener. Es de fun- damental importancia. Los conflictos de los médicos no son por errores médicos sino por errores comunicacionales. La gente no se siente infor- mada, no se siente bien atendida, por falta de diálogo, conversación y del tiempo que requiere informar bien”, describe el facultativo.