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VIDAMÉDICA / FalmedEduca
Licencias médicas:
HACER BUEN USO
DE UN DERECHO
La entrega de solo tres talonarios anuales para cada facultativo generó la preocupación entre los profesionales de la
salud y el Colegio Médico. Frente a la medida gubernamental, que buscaría acelerar el proceso de implementación de
la licencia electrónica, los propios médicos han dejado en evidencia la serie de problemas que deben enfrentar a diario
con el sistema y la necesidad de que el fin de la licencia en papel sea gradual.
Por Paulo Muñoz
E
n agosto pasado, una circular de la Subsecretaría
de Salud Pública alertó sobre la restricción en el
uso de licencias médicas de papel, acotando su
disposición a solo 150 documentos en este forma-
to; medida que no afectaba, según explicó la autoridad, a los
profesionales que ejercían en la red de salud pública e institu-
ciones de salud privada.
Por esos días, la subsecretaria de Salud Pública, Dra. Paula Daza,
dijo que la disposición solo era parte del proceso natural de im-
plementación a nivel nacional del sistema de licencia médica elec-
trónica, que –por cierto– es calificada por la autoridad como una
medida eficiente para enfrentar la emisión de documentos falsos
por parte de profesionales de la salud.
Conocida la circular, la primera inquietud que surgió entre los
facultativos y en el propio Colegio Médico fue preguntarse si la
transición hacia la licencia médica electrónica se desarrollaba en
los plazos planteados por la cartera, las empresas que disponían
del sistema tecnológico aseguraban su correcta operatividad y si
los pacientes, de cada una de las localidades del país, accedían,
sin problemas, a esta nueva forma de hacer uso de su derecho al
reposo por enfermedad.
El Dr. José Miguel Bernucci, secretario general del Colegio
Médico, dice que ante la inquietud de los colegiados, el gremio
optó por realizar una consulta abierta, durante agosto y septiem-
bre, sobre el uso del sistema de licencia médica electrónica en sus
lugares de trabajo, tanto en salud pública como privada. De los
consultados, un 70% reconoció haber tenido problemas asocia-
dos a caída del sistema informático, reconocimiento de huellas
del médico y paciente, falta de respaldo e inconvenientes para que
pacientes postrados realizaran el procedimiento, entre otros.
“Probablemente, acá en Santiago sea mucho más fácil dispo-
ner de una licencia electrónica, pero tenemos que plantear
que las tres empresas prestadoras del servicio, –en algunas
comunas solo opera una–, tienen un retraso de entre 60 y
90 días solamente para llevar el huellero y ahí hay un pro-
blema de implementación que es bastante claro”, plantea el
dirigente gremial.
La consulta realizada por la Orden también incluyó a los pro-
fesionales que siguen utilizando el antiguo formato de licen-
cias. De ellos, 37% lo justificó porque las empresas no han
implementado el servicio; 9,5% dijo no manejar el sistema y
9% por no contar con internet en su lugar de trabajo.
Los problemas de conectividad y de funcionamiento del dis-
positivo electrónico son una realidad que ha constatado el
Dr. Jaime Tapia, director de comunicaciones de la Sociedad
Chilena de Pediatría y vicepresidente del Regional Concepción
del Colegio Médico.
“Hay una discriminación importante con aquellos sectores
donde no existe la tecnología y la conectividad suficiente para
que el médico pueda acceder a la licencia electrónica porque
no llega la señal, porque la señal es débil, porque se cayó el
sistema o porque no hay implementación. Estoy hablando, en
la Región del Biobío, de comunas como Cañete y Arauco, don-
de el reporte que tenemos de los médicos es que el sistema es
muy inestable y no permite asegurar la disponibilidad 100%
en horario de trabajo”, destaca el Dr. Tapia.
MÁS DE 900 RECLAMOS DE MÉDICOS
En la práctica, los problemas tecnológicos son subsanados por
los médicos recurriendo a los talonarios de licencias de papel.