Vida Médica Volumen 70 N°3 - 2018 | Page 33

VIDAMÉDICA / MIGRANTES Y SALUD L a situación sociopolítica y las complejidades que vive el sistema de salud local, fueron parte de las razones por las que la doctora Andrea Ruiz decidió dejar la ciudad de Maracaibo, en Venezuela, y trasladarse a vivir a Chile en 2015. Médico Cirujana de la Universidad de Zulia, ya lleva cerca de 3 años asentada en nuestro país y hoy se desempeña en la urgencia del Hospital el Carmen de Maipú. “En mi país, en algunos lugares, no se contaba con elementos mínimos para trabajar, ni siquiera alcohol o jeringas. La in- fraestructura que se dañaba quedaba inutilizada. Por esa razón decidí buscar nuevos horizontes”, recuerda. El doctor, Emmanuel Monpoint tiene 35 años y llegó al país en 2012, con la idea de realizar un magíster en la Pontificia Universidad Católica. Originario del sector de Carrefour, en Puerto Príncipe, ya había dejado su natal Haití para estu- diar medicina en la Universidad Tecnológica de Santiago, en República Dominicana, donde se radicó por cerca de 10 años. “Investigué las publicaciones que se realizaban, el nivel de edu- cación, la reputación de su sistema de salud. Tenía alternati- vas en universidades de España, Argentina y Colombia, pero el calendario académico, junto a las condiciones generales, me hicieron optar por Chile”, relata. Las historias de ambos profesionales son parte de las de mi- les de migrantes internacionales que han llegado al país con el sueño de concretar una mejora sustancial en su calidad de vida, de dejar atrás conflictos o problemas en sus naciones o, dere- chamente, para buscar oportunidades académicas o laborales. Este es un fenómeno que ha transformado nuestra sociedad, aportando una diversidad cultural y una nueva forma de rela- cionarse en ámbitos laborales, académicos y sociales, que han levantado un desafío al Estado y a los chilenos en su conjunto. Según el Censo 2017, ya son 746 mil los extranjeros en el país, representando el 4,35% del total de la población. De ellos, el 66,7% declaró haber llegado entre 2010 y 2017, principalmen- te a partir de 2016. Incluso, cifras del Ministerio del Interior, aseguran que durante 2018 ya se superó el millón de personas. Los principales orígenes son Perú (25,3%), Colombia (14,2%), Venezuela (11,2%), Bolivia (9,9%), Argentina (8,9%), Haití (8,4%) y Ecuador (3,7%). El incremento es sustancial y las cifras mayores a las proyecta- das, considerando que las últimas estimaciones de la encuesta Casen en 2015 hablaban de 2,6% de foráneos, pues se basaban en el Censo de 2002, que contaba 187 mil extranjeros. La antropóloga social y académica de la Universidad Alberto Hurtado, Alejandra Carreño, es especialista en migraciones y explica que “a nivel demográfico estamos viviendo una de las llegadas de extranjeros más importantes que ha vivido Chile. Desde mediados del siglo pasado, cuando por la pobreza que aquejaba a Europa y a los desplazamientos marcados por las { 33 guerras, que no se veía un movimiento migratorio tan grande y muy concentrado en los últimos cuatro años”. Debido a esto, el sistema sanitario se ha visto desafiado por la masiva llegada de nuevos pacientes y de profesionales médicos, desde distintos lugares de Sudamérica, en un breve periodo de tiempo. Esto ha dejado en evidencia deficiencias instituciona- les, culturales, barreras de acceso e indicadores, en algunos ca- sos, casi diametralmente opuestos y preocupantes, en materias de salud a la realidad nacional, planteando importantes desa- fíos de gestión y calidad de atención tanto al sistema como a los profesionales que se desempeñan en él. MITOS Y REALIDADES El doctor Matías Libuy, es el primer coordinador de la re- cién estrenada Comisión de Salud y Migrantes, dependiente del Departamento de Políticas de Salud Pública del Colegio Médico, que se formó el 25 de julio de 2018, para abordar los diversos desafíos al sistema de salud que plantea la llegada de ciudadanos y profesionales de otros países, con una mirada integral y que permita resolver complejidades en la atención, comunicación y en los procesos administrativos involucrados. Durante los últimos años, el facultativo de la Universidad de Chile y con un magíster en Salud Pública de la University College of London, ha realizado un análisis de las diversas rea- lidades y entrega una evaluación preocupante. “La migración es un derecho humano y un determinante social de la salud que muchas veces ha estado ignorado en la toma de decisiones de políticas públicas. Las cifras dicen que al 2030 el 13% de la población del país será migrante internacional, eso pone sobre la mesa la necesidad de reestructurar y repensar el sistema sa- nitario en su conjunto para acomodarse a la multiculturalidad”, dice. Libuy asegura que se debe incluir en esa construcción la ade- cuación a un perfil epidemiológico distinto, con nuevas patolo- gías, y a una idiosincrasia diferente, que incluye una valoración a otras concepciones médicas. “El fenómeno migratorio llegó para quedarse, no se puede detener. Ya sucedió, seguirá pasan- do y debemos adaptarnos”, puntualiza. A juicio de los especialistas, dos han sido los avances más re- levantes que se han dado en la materia: la promulgación del decreto 67 en 2015, que garantiza la atención a extranjeros, sin importar su condición o situación legal o económica; y la creación de una Política Nacional de Salud para Migrantes Internacionales, en 2014. El trabajo se extendió por más de 2 años en la Dirección de Políticas Públicas del Ministerio de Salud y en el proceso se realizaron pilotos en 5 comunas, tres en el norte -Arica, Antofagasta e Iquique- y 2 en la capital – Recoleta y Santiago. A esto se sumaron 10 diálogos ciudadanos en diversas regiones.